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El perro de la casa
Fecha: 13/06/2019, Categorías: Fetichismo Autor: Zekyasha, Fuente: SexoSinTabues
... jauría de perros callejeros al verme se acercó a mí y uno de ellos me monto. El perro empezó a hacer movimientos de cadera hasta que lentamente me penetró. Al principio no dolió, pero lentamente la intensidad de sus movimientos sobre mis nalgas fue bestial hasta que sentí como se venía intensamente en mi interior. Entonces el perro se dio la vuelta y fue cuando me di cuenta que había quedado pegado a el. Culo con culo estábamos en una maceta en la banqueta a unos 400 metros de la entrada de mi casa. Cada que quería levantarme o despegarme un dolor intenso me lo impedía. Así que siempre volvía a ponerme a cuatro patas. Inclusive el perro me arrastró a la mitad de la calle. La adrenalina en mi estaba al máximo. Si alguien pasaba en ese momento podría verme y yo no podría hacer nada. Lo único que hice fue sacar la lengua y jadear como un perro. Cuando finalmente logré despegarme lo único que hice fue correr a la casa antes que alguien me viera. Me metí a bañar y fue cuando sentí todo el semen de perro que había en mi interior. En ese momento me di cuenta, eso era lo que quería, ser un perro. Más bien ya lo era. Pasó el tiempo y hacia cada vez más y más cosas de perro a escondidas, inclusive aparearme con perros callejeros en el jardín de mi casa mientras mis padres estaban trabajando, pero mi rendimiento en la escuela era pésimo, ...
... tanto que reprobé el primer año de preparatoria y estaba a punto de reprobar nuevamente cuando mis padres hablaron conmigo. Querían saber que me pasaba. Y les confesé que odiaba la escuela y finalmente les dije todo, que me sentía un perro y toda la cosa. Mi madre comenzó a llorar, y mi padre no sabía qué pensar. Lo platicaron un tiempo hasta que decidieron sacarme de la escuela. Nos mudamos a otro lugar y me dijeron: "Hijo, sabemos que lo que atraviesa es muy difícil, posiblemente solo sea una etapa. Por eso te vamos a dar un año sabático en el que te permitiremos no ir a la escuela. Te quedaras aquí en casa siendo perro todo el tiempo. Si en un año te das cuenta que necesitas volver a estudiar lo haremos, si no creo que hablaremos seriamente" Luego de eso mis papás guardaron todas mis cosas. Yo sería su mascota desde ese momento. Me tratarían igual que un perro. Inclusive mandaron a hacer una casa en el jardín por qué a partir de ese momento yo dormiría ahí. Ha pasado un año y no me arrepiento, hablamos nuevamente con mis papás y ya saben mi deseo de continuar siendo un perro. Creo que ya hasta se acostumbraron a tratarme como uno, les doy menos lata que como humano. Me siento feliz llevando mi vida cómo mascota, la mascota de mis padres. Al final perdieron a su hijo, pero ganaron a su perro mascota obediente, fiel y sumiso.