1. La bufona del salón (Cap. 2)


    Fecha: 16/06/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: ALTEZA, Fuente: CuentoRelatos

    Una vez que la perra terminó de lamer y besar los pies de su Diosa, a cuatro patas entró al reino de su Diosa, donde desde ese momento empezaba su vida como toda una guarra experta. Lo primero que tuvo que hacer una vez terminado de adorar a su amada dueña fue desnudarse para ponerse el uniforme que desde ese momento sería su única opción de vestir en cualquier momento, y en cuanto a su nueva manera de alimentarse debería ganarse el privilegio de comer cada día.
    
    Unos cuantos días después de empezar su nueva y guarra vida, se me ocurrió que la perra no solo me sería útil en la casa, sino que también ahora además de sus obligaciones domésticas a mis pies, ahora también debería asistirme de una manera especial en el instituto, de tal forma que se facilitara el domesticar a esas bestias de 18 años que tengo como alumnos.
    
    Hice presentarse ante mí a la nueva perra para informarle que su hora para levantarse e iniciar sus obligaciones domésticas diarias sería a partir de las cinco de la mañana para que realizara algunas tareas a mis pies antes de llevarla al instituto para continuar sirviéndome como la perra que era. Al dar la noticia a la guarra, me besó los pies agradeciendo la oportunidad de serme útil también fuer de mi reino. Enseguida se retiró mostrándome el debido respeto sin darme la espalda, no sin antes besar los pies de su Ama.
    
    A la mañana siguiente la guarra se puso en pie como le fue ordenado a las cinco de la mañana y empezara a hacer la limpieza, lavar mi ...
    ... auto, preparar mi desayuno y bañarme para después llevarme al instituto en calidad de mi chofer. Al dirigirme hacia el auto, la guarra se apresuró para abrirme tanto la puerta del reino y de inmediato salir disparada hasta el auto, abrirme la puerta y de inmediato echarse al piso para que fuera usada por mí a manera de estribo y subiera más cómodamente al auto. Al llegar al instituto tuvo que repetir la misma rutina que fue abrirme la puerta y echarse al piso para que yo la pisara y no ensuciara mis finos zapatos con el polvo del estacionamiento.
    
    Ya dentro del instituto me encamine hasta mi salón y la guarra detrás de mi cincos pasos cargándome el portafolio y mirando únicamente a mis talones. Claramente se notaba quien era el Ama y quien la esclava ahí. Llegue a mi salón y le ordene a mi perra aguardar en el suelo estando en silencio pero atenta a mi llamado en cualquier momento, la perra movió la cola en muestra de haber entendido la orden.
    
    Ingresé al recinto de la sabiduría, o sea el salón de clase y en automático todos los chicos problema se pusieron de pie hasta que llegué a mi escritorio, los alumnos permanecieron en la misma postura hasta que les hice una seña con la mano de poder tomar asiento. Una vez que todos mis alumnos se sentaron les comenté que había llevado algo para hacerles menos pesada las horas en que permaneciéramos en clase, pero que había una consigna para que ellos pudieran hacer uso de eso, y esa era que solo que pusieran total atención a mi ...
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