La chica de baduuuu
Fecha: 16/06/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: jose autor, Fuente: CuentoRelatos
Mientras contemplo la pantalla de mi ordenador y le doy vueltas a cuál sería la mejor forma de narrar esta historia real que me ocurrió hace casi tres años, recuerdo la carita seria de tez blanca de aquella misteriosa chica que protagonizó junto a mí este relato que les voy a contar. Lo cierto es que a veces me acuerdo de ella fugazmente pero hoy es distinto. Hoy pienso en donde se encontrará y qué es lo que estará haciendo en los mismos instantes en los que yo pulso cada una de las teclas de mi portátil.
A juzgar por mi experiencia, concluyo que tal vez se encuentre en los asientos de atrás de algún coche dejándose meter mano, o recibiendo una corrida en la boca en algún callejón oscuro de una ciudad bulliciosa o tal vez en estos momentos se encuentre abierta de piernas en una cama recibiendo las embestidas de un completo desconocido mientras fija su mirada de ojos rasgados en el techo de la habitación... tal vez.
Sea como fuere y esté donde esté mi mujercita de ojos rasgados, empezaré esta historia por el principio, por la parte que menos me gusta, la descripción de unos mismo. Si no fuera porque algún conocido con ganas de hacerse una paja podría reconocer mi foto de perfil y enterarse hasta el más mínimo detalle de mis andanzas y mis perversiones más ocultas, colgaría una foto y me evitaría este trámite que tanto detesto.
Verán, me llamo José, tengo 36 años y soy un hombre de aproximadamente un metro ochenta y cinco de estatura. Tengo un físico normal, ...
... incluso podría aventurarme a decir que de musculatura definida pero no soy un chico de gimnasio ni mucho menos. El color de mi pelo es castaño claro, tengo los ojos verdes, cara de facciones regulares y frente despejada, así como una nariz recta, pómulos prominentes y mandíbula rotunda... Me considero bastante serio a pesar de que tiendo a sacar la parte graciosa de todo lo que me rodea en un intento de reírme de la vida. Soy extremadamente cariñoso, tierno y detallista con las mujeres, aunque si la ocasión se me presenta con la hembra adecuada, me encanta invertir los papeles a la hora de follar y convertirme en un auténtico macarra de barrio, dominante y cañero. Si no es así y ella prefiere hacer el amor, abrazaditos debajo de las sábanas mientras me rodea con sus piernas, pues tan feliz. Ahhh, se me olvidaba un dato importante teniendo en cuenta que se trata de contar una historia de sexo. Mí polla medirá unos 18 o 19 centímetros. No estoy depilado como los chicos jóvenes de ahora, pero me gusta afeitarme los huevos y la base de la polla para que las chicas puedan chupar mejor. Es más higiénico, lo reconozco. Bueno, no me liaré más con nimiedades e iré directo al grano.
Era una típica tarde de invierno aquí en el norte, de esas en las que te levantas con el cielo encapotado y te acuestas escuchando las gotas de lluvia y las ráfagas de viento azotando las ventanas, vamos, lo mejor contra la depresión. Por si fuera poco, había terminado hacía dos meses una relación de ...