SEXO CON MI SUEGRA
Fecha: 20/06/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Hardcore,
Autor: yepe, Fuente: xHamster
... enseguida, permitiéndome acoplarme entre ellas. Lo hice y fui subiendo mi cuerpo poco a poco, acompañando mi ascensión con besos y más besos por sus pechos, en busca de su cuello, de su cara, de sus labios. En mi paulatina escalada sobre el cuerpo de mi suegra, mi verga, completamente tiesa, trepaba ansiosa entre las piernas de Inés. Sus jadeos anunciaban su creciente excitación al sentirla cada vez más cerca de su sexo…Llegó. Ambos estábamos enardecidos de deseo. Acerqué la polla a aquella vulva palpitante y húmeda. Al notar el roce de sus labios vaginales en mi glande, tuve que hacer un esfuerzo para no abandonarme a gozar intensamente. Quería seguir haciendo aquello largo y duradero. Quería controlar. Lo hice. Respiré hondo y detuve unos segundos mi roce. Una vez vi que volvía ser dueño de mi mismo, reanudé el juego. Repetí los frotes de mi polla contra su sexo, arriba y abajo, pero evitando que entrara todavía. Sin embargo, el deseo de mi suegra la debía exigir ya dentro de ella. Sus piernas se abrieron más, casi exageradamente. Me apresó literalmente envolviéndome con ellas por detrás de mi espalda. Sus caderas empujaban más y más, rítmicamente ansiosas, buscando el roce y la apretura de aquella verga caliente y erecta que la hacía abrasarle el coño, derretido en jugos y fluidos, que me estaban empapando la polla, los testículos, mi sexo completo. Mi pene palpitaba impaciente. Me moví hasta encajarlo bien en los pliegues de la vulva. Sentí su fuego en mi sexo y me puse ...
... más a mil todavía. La corona de mi verga notaba el roce de los empapados labios vaginales rodeándola…No podía más. Empujé. El ansia me hizo presionar a tope mi verga contra su coño, que se abría deseoso de ser penetrado. Enseguida encontré el camino y noté el calor de los labios vaginales abrazando por completo mi glande que se empezó a deslizar hacia dentro, ávido de lujuria. Aquel delicioso contacto me hizo perder por completo cualquier atisbo de control y apreté con más fuerza. Un gemido salvaje salió de las entrañas de mi suegra. Noté como la tenaza de sus piernas sobre mi torso se estrechaba, tratando acercarme más y más, intentando que me fundiera con ella. Sus brazos me ceñían, me estrujaban contra su pecho y en mi espalda sentía la firme apretura de sus manos. Aquellas uñas, delicadas y cuidadas, se clavaban ahora salvajemente en mi espalda, ansiosas de arremeterme por completo dentro de ella. Con la verga clavada hasta el tope dentro de aquel cálido coño, comencé a bombear con fuerza, en tremendas embestidas que me iban haciendo escalar vertiginosamente todas las cotas de placer. Inés, aferrada a mí, acompasaba sus movimientos pélvicos a mis acometidas, agitándonos los dos en un delicioso y acelerado baile de goce. Tras repetidas sacudidas, noté como mi clímax se acercaba. La apreté fuertemente contra mí y le metí la verga hasta las mismísimas entrañas en un salvaje empellón, con el que quise que notase la base de mis testículos tentándole el completo perineo. Ella ...