1. El amo de Silvia (Parte 4): Las mellizas


    Fecha: 24/06/2019, Categorías: Incesto Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... un sitio maravilloso, poco poblado, de inmejorables paisajes, bosques, nieve, todo natural y autóctono, y que ella estaba entusiasmada con el proyecto, pero que solo necesitaba un tiempo más, calculaba un año, después del parto, y cuando los bebes estuvieran un poquito mas preparados, solo me pedía poder seguir trabajando, necesitaba el dinero, me sonó a súplica…
    
    Los días siguieron su curso, se habían terminado los juegos, ella solo era secretaria, yo solo era jefe, y lo que jamás había pasado, comenzó a suceder, empecé a encariñarme con ella, al ver como su pancita crecía rápidamente, y recordé viejos tiempos, también dupliqué su sueldo, mi economía estaba saludable y era lo mínimo que podía hacer.
    
    Ella se puso más bonita, su rostro engordó, tomó color y siempre tenía una sonrisa pintada en su cara, y los días pasaron volando, como agua entre los dedos…
    
    En el octavo mes de embarazo nuestros días llegaban a su fin, era previsible, era lo acordado, el cuerpo de Silvia había cambiado, sus anchas caderas estaban mas anchas, pero su pancita, ahora era una panza enorme, las mellizas, porque ya sabía que eran dos niñas, la estaban matando, caminaba con dificultad, y siempre llevaba sus manos en la cintura, por detrás, como si fueran bastones apuntalando su pobre columna vertebral.
    
    Esa mañana vino a despedirse, hacía calor, ya no sería mi secretaria, ya no usaría uniforme, llegó a media mañana, lucía un top crema que ocultaba sus ya crecidos pechos y un jean tipo canguro ...
    ... por el cual parecía escapar a ambos flancos su hermosa panza.
    
    A pesar de la tristeza de la despedida, estaba radiante, llegó a mi escritorio, me saludó con un beso, la invité a sentarse, pero solo negó con la cabeza.
    
    Traía una caja bajo el brazo, la puso sobre el escritorio y la empujó a mi lado, diciendo
    
    Esto es tuyo…
    
    Era la primera vez que no me trataba de ‘señor Heller’, y era la primera vez que me tuteaba, me sentí extraño, abrí la caja, estaba el enorme plug anal, el más grande, el último de la colección, un juguete que hacía tiempo habíamos dejado de lado, luego llevó las manos a su nuca y soltó la ajustada gargantilla que tanto tiempo había rodeado su cuello, para dejarla cerca de la misma caja.
    
    Vino a mi lado, notando la regla sobre el escritorio, pasó la mano sobre ella, con una sonrisa en los labios y dijo
    
    Si esta regla hablara…
    
    Y volvió a acercarse, solo me dio un dulce beso en los labios, esos besos puros, solo labios contra labios, y volvió a hablar
    
    Sabes… hay algo que no entiendo… siempre esperé que quisieras tener sexo conmigo, pero nunca lo intentaste…
    
    Era la primera vez que las cosas estaban patas para arriba, era la primera vez que ella hablaba y yo solo escuchaba sin saber que decir, Silvia entonces dijo
    
    Hacemos un último juego?
    
    Abrió la caja y tomó el juguete, y cerró el diálogo con
    
    Puedo necesitar esto…
    
    Se retiró del despacho y me invitó a seguirla, fue sobre los sillones del otro lado, sobre los que tantas veces la ...