1. El amo de Silvia (Parte 4): Las mellizas


    Fecha: 24/06/2019, Categorías: Incesto Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... había castigado, me pidió que me sentara al frente, en una silla, para que solo mirara.
    
    Dejó las zapatillas a un lado, soltó el pantalón canguro y lo dejó caer al piso, luego por el top, sus pequeños pechos se veían inflamados, con venas marcadas, prontos a dar leche, por último, su bombacha, con esfuerzo, quedando totalmente desnuda ante mis ojos, con su vagina completamente depilada, me preguntó si me gustaba lo que veía.
    
    Y como no iba a gustarme, su enorme panza era centro de mi mirada, una esfera enorme, sexi, perfecta, los sentimientos de maternidad, de dulzura de madre se mezclaban con su sexualidad de mujer, era una combinación perfecta, me quedé mudo ante tanta belleza, entonces preguntó
    
    Y bien… tu última orden? Que quieres hacer?
    
    Y esta vez, esta vez no sabía que hacer, no tenía órdenes para dar, así que me encogí de hombros, y le dije que ella hiciera lo que quisiera hacer….
    
    Ella se acarició la enorme panza, estaba a contraluz por los rayos del sol que entraban por la ventana posterior, parecía una lombriz con una enorme pelota por delante, la piel de su vientre brillaba y me pareció lo mas erótico que pudiera ver, me pidió que la ayudara a acomodarse, puesto que el sobrepeso era un problema, lo hice, entonces me pidió algo, era la primera vez que me pedía algo…
    
    Quiero que nos masturbemos juntos…
    
    Y si mi mente estaba perturbada, ella no estaba mejor que yo…
    
    Silvia estaba un poco de costado, descansando su panza de lado, empezó a ...
    ... acariciarse el rostro, y a tocarse los pechos, ensalivando sus dedos para jugar dulcemente con sus pezones, yo me senté al frente, bajé mis pantalones y empecé a masturbarme suavemente, mi verga estaba dura y moría en excitación…
    
    Nuestras miradas de placer se cruzaban en forma pecaminosa, y cuando notaba que ella miraba mi verga era mas excitante aun, yo me llenaba los ojos con su figura, Silvia tomo el dildo enorme y empezó a escupirlo, luego lo llevo a su ano, y empezó a empujar, y volvió a escupir y volvió a empujar.
    
    Estaba un tanto de costado, apoyada sobre su cadera derecha, y me encantó ver con la facilidad que su esfínter se fue abriendo para permitir el ingreso del intruso, hasta que pareció devorarlo para solo quedar la base circular por fuera.
    
    El vientre de esa mujer era tan grande que le costaba tener acceso a su intimidad, sin embargo, se arregló para tocarse, aunque percibí que en su estado no podría lograr un orgasmo, pero yo sí, yo sí que me morí en placer y me sentí venir…
    
    Me incorporé y fui sobre ella, y ella solo se quedó expectante, apunté mi verga en su vientre, y toda mi leche empezó a saltar sobre él, Silvia se mostró engolosinada con el inesperado regalo, y en segundos su enorme panza estaba empapada por mi viscoso líquido, el final perfecto de una historia perfecta.
    
    Ella solo jugó con mi leche, esparciéndola por toda su panza, como si fuera una crema humectante, nos miramos, y le devolví el beso dulce que ella me había dado, solo labios contra ...