1. Cuernos consentidos


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Veronicca, Fuente: CuentoRelatos

    A mis 42 años y después de 15 casada, sólo había tenido sexo con mi marido, quien fue prácticamente mi primer novio, y hablando con amigas separadas o que habían tenido más experiencias con hombres, me contaban las diferencias entre hacerlo con unos o con otros, si la tienen más grande, más pequeña, si son de una manera o de otra...
    
    Todo eso me había dado curiosidad por saber cómo sería hacerlo con otro hombre y hasta alguna vez lo había comentado con mi marido, claro, en broma, y sin que nunca me hubiera atrevido a ponerle los cuernos por mis principios y porque le quería.
    
    Eso fue quedando ahí, hasta que una noche estábamos en casa con un amigo de mi marido celebrando un negocio que habían hecho y bebiendo unos licores. Yo no estoy muy acostumbrada a beber y enseguida me hizo efecto y les dije que me iba a la cama y que les dejaba ahí más tranquilos. La verdad es que estaba realmente mareada y cuando me metí en la cama, me quedé prácticamente dormida.
    
    Al cabo de un tiempo noto que mi marido se mete en la cama y me abraza por detrás, sintiendo la dureza de su pene presionarme las nalgas. Yo estaba medio adormilada y no estaba para mucha juerga, pero parecía que él sí y continuó insistiendo acariciándome entre las piernas, los pechos... de una forma distinta, como más apasionada que otras veces. Después de tanto toqueteo estaba empezando a calentarme yo también, dejándole ya que hiciera lo que quisiera porque había conseguido humedecerme toda la vagina abriendo las ...
    ... piernas para que sus dedos se introdujeran dentro de ella y provocara mis primeros gemidos.
    
    Cuando llevé mi mano a su pene lo noté distinto, como más grueso, pero entre la penumbra de la habitación y lo mareada que estaba, no pude pensar mucho en eso y me dejé llevar por el gozo que estaba sintiendo con su masturbación y sus besos. De pronto me hizo ponerme a cuatro patas sobre la cama y me penetro por detrás, primero lentamente y luego incrementando su ritmo haciéndome sentir su polla más profundamente que otras ocasiones.
    
    La rapidez con la que estaba consiguiendo llegar al orgasmo me dio un momento de lucidez, miré hacia atrás y pude darme cuenta de que quien me estaba follando no era mi marido, sino su amigo y eso me dejó muy confundida, y tuve un primer intento instintivo de quitarme y gritar, pero sus manos me sujetaban fuertemente y entre la excitación que estaba sintiendo, el alcohol, la rabia y un montón de sentimientos más que no podría describir, me dejé llevar y lance mi primer grito al sentir que esa polla me estaba proporcionando el orgasmo más intenso que recordara en los últimos años.
    
    Yo no sabía cómo su amigo se había metido en mi cama, si había sido con el consentimiento de mi marido o que había pasado para que se estuviera dando esta situación, pero al darme la vuelta, ya no reparé más en quien estaba conmigo y me dispuse a disfrutar lo más posible de la oportunidad que estaba teniendo de cumplir esta fantasía y de la necesidad que rondaba mi cabeza ...
«123»