1. Cuernos consentidos


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Veronicca, Fuente: CuentoRelatos

    ... él, para que me montara como le apeteciera y me hiciera gozar.
    
    En la penumbra de la habitación volví a ver a mi marido observando como su amigo estaba encima de mí follando a su mujer, lo que me dio más morbo todavía y aceleró la venida de mi orgasmo.
    
    La noche fue larga y con él parecía que tenía ganas de probar de todo, porque me dejé hacer anal también, lo que fue todo un descubrimiento, de lo cual, después se aprovechó mi marido, porque lo seguí practicando con él en nuestras noches privadas, pareciendo que le gustaba a él más que a mí.
    
    Otro día vino a casa con otro hombre distinto, pero esta vez era un conocido del barrio. Me quedé sorprendida de que quisiera que lo hiciera con alguien conocido, lo que aumentó mis nervios y mi morbo por ser poseída por alguien que muchas veces me había mirado con deseo por la calle, que además estaba casado y yo conocía a su mujer bastante, lo que hizo que yo volviera a beber más de la cuenta para poder relajarme, para al poco rato decirles que me iba a acostar. Ellos se miraron y al poco rato, ya tenía a ese hombre metiéndose en mi cama en la oscuridad de mi habitación.
    
    Realmente era un hombre atractivo, con un cuerpo atlético y cuando pude palpar su pene me entusiasmo su tamaño. Parecía como el de un actor porno de alguna película que me había enseñado mi marido en alguna ocasión y me dispuse a disfrutarlo como se merecía. El saber que era el marido de mi vecina le añadió más morbo a la situación, aunque también con ...
    ... cierta envidia de saber que ella podía gozar con su cuerpo cada día. Pero yo me propuse ser más puta de lo que pudiera ser ella con él y me lo folle con pasión gritando con cada embestida que me daba con su polla. Vi como mi marido se masturbaba más rápido que otras veces, quizás notando que yo estaba gozando más que con ningún otro.
    
    Mi marido había conseguido emputecerme ya totalmente, y el día de mi cumpleaños invitó a casa a su hermano que acababa de separarse, quizás para animarlo, celebrándolo con unas copas.
    
    Yo estaba más relajada, porque nunca me atreví a imaginar lo que iba a pasar después. A pesar de que mi marido me había traído varios hombres a casa, no le veía capaz de ofrecerme a su propio hermano y cuando le vi entrar en la habitación y meterse en la cama igual que los demás mi morbo subió un grado más, si es que era posible y dejé que sus manos me tocaran toda y sus dedos entrasen en mi coño abierto por tanta excitación, y cuando tuve su polla penetrándome, sentí como si me quemara por dentro, como si hubiera roto un tabú y me sintiera la más puta de todas las mujeres.
    
    Y así empezó un juego, en el que mi marido me fue trayendo varios hombres a mi cama, haciéndome yo la tonta, como si no me enterara de nada, y sin que nunca comentásemos nada de esas situaciones, y de esta forma cumplir mi fantasía de tener otras pollas distintas a la de mi marido en mi coño y darles la razón a mis amigas de que cada hombre era distinto y lo hacían de distinta forma. 
«123»