1. Diario de Chantelle


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: Bisexuales Autor: Iria, Fuente: CuentoRelatos

    ... su corazón recostado sobre el pecho de ella resultando ser muy distinto a cuando Miguel se corría. Este hombre a pesar de su madurez le ponía garra, era un delicioso cabrón, después de todo.
    
    Descansaron por un rato tomados de la mano, en silencio. Pero, aquel hombre no iba a desaprovechar la oportunidad y se iba a marcha a casa, tenía que disfrutar de su compra una vez más, iba a pagar una generosa cantidad y quería amortizar una vez más. Sólo de pensar en ello se empalmo en pocos minutos como si de un veinteañero se tratará. La puso de nuevo a cuatro patas para enchufarla desde atrás levantando bien el culo y poder recibir las primeras embestidas. Extasiado, acariciaba y besaba jugando a morder su culo mientras se detenía de nuevo en su fetiche agarrando de María por los tobillos para tener contacto con aquellos tacones que lo ponían tan excitado.
    
    -¡Me encanta tu culo mi puta!
    
    Pasaba de los elogios a las guarradas sin parar, era su forma de expresar cómo apreciaba esa "compra por ella”
    
    -¡Esta noche eres mía!, me voy a follar a la mujer de ese cabrón cornudo que está escuchando como te lleno el coño. -Repetía sin cesar para molestar más a Miguel que esperaba paciente sin interrumpir fuera. Eso le excitaba aún más, saber que era dueño de la mercancía de otro al menos por aquella noche, se sentía poderoso sabiendo que el dinero lo compraba todo.
    
    Montado sobre ella, asido de las ingles, la penetraba con fuerza y pasión descontrolada. De pronto María dejó irse ...
    ... en una “corrida estrepitosa”, sentía los latidos de aquella polla dejando salir el semen dentro de ella de nuevo. Tapando los gemidos de la boca de él con su mano, por miedo a que Miguel rectificara y entrase acabar de una vez por todas con todo aquello.
    
    El descanso trajo un poco de paz al exigente derroche de energías.
    
    Salieron del cuarto, ella ahora se sentía algo más liberada, Miguel esperaba fuera como un tigre encerrado, nervioso se había ido de un cuarto al otro cuarto, recorriendo todas las estancias de la casa, bebiendo unos tragos. Lo invitaron a entrar al dormitorio, permanecían desnudos, ella sentada sobre sus rodillas, miraba fijamente la reacción de Miguel. Fue un momento casi de ternura, de contención de ella hacia su marido que mostraba su faceta más intimista, acariciando su mano ante la presencia de aquel otro hombre desnudo en su cama. Miguel sabía que aquel hombre había hecho disfrutar a su mujer más que ninguna de las veces con las que él había compartido con ella. Por un lado los celos le mordían interiormente, por otro se sentía extrañamente excitado y se notaba su erección bajo el pantalón.
    
    Durmieron juntos, los tres abrazados hasta la mañana siguiente, fue una noche de lo más plácida después de aquella delicada situación.
    
    Por la mañana María despertó a los niños, preparo el desayuno como cualquier otro día normal y los llevo al colegio, dejando en la cama a aquellos dos hombres. Al regresar se desnudó, y entró descalza en la habitación, ...