Como en los probadores
Fecha: 06/07/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: RAL80, Fuente: CuentoRelatos
Llegando al portal me encontré con la vecina de al lado que venía cargada con un par de bolsas y 5 o 6 vestidos de la tintorería. Yo que soy un caballero le abrí la puerta y cogí las bolsas. En el ascensor como buenos españoles hablamos del tiempo pero yo pensaba: quien tuviera veintipocos para echarte un envite. Cuando abrió la puerta deje las bolsas dentro.
- muchas gracias.
- nada guapa, ya ves lo que me costó, y cualquier cosa ya sabes donde estoy.
- pues ahora que lo dices...pasa, pasa un momento.
Llegados al salón me pidió que esperase allí y se fue con los vestidos. Desde otra habitación me contaba que el año pasado, a su boda, una prima de su marido fue con un vestido un tanto provocativo y acaparo toda la atención, pero que este año se casaba la susodicha y cambiaban las tornas. De pronto apareció en el salón con un impresionante vestido rojo y de espaldas a mí me pidió que se lo abrochase. Al ver que me costaba un poco dijo:
- el último año me han crecido muchísimo los pechos.
Yo con un tono maléfico respondí:
- ya me di cuenta guapa, ya me di cuenta.
Una vez abrochado se retiró un poco, dio un par de vueltas sobre sí misma y mirando al suelo y acariciándose las caderas pregunto:
- que tal me queda?
Yo quise deleitarme un poco mas y le pedí que desfilara y ella con una amplia sonrisa empezó de un lado al otro del salón, parándose de vez en cuando a posar, para finalizar el paseillo dio otro par de vueltas sobre si misma y ,nuevamente ...
... como mirando al suelo pero mirándome a mi de reojo, pregunto:
- que tal?
Yo analice rápidamente la situación. Bufff... Era un vestido rojo, translucido y largo pero muy sugerente. Era abierto a los lados y permitía ver que también vestía unas medias negras de esas sedosas que a medio muslo se convertían en unas ligas de encaje y terminaban justo para que se viera un poquito de pierna al natural antes de que se cerrase el vestido. Por otra parte, le quedaba muy ajustadito permitiendo que se apreciaran unos contorneados glúteos que se coronaban con la marca que formaba el triangulito del tanga negro, y continuando hacia arriba encontrabas unos generosos pechos encarcelados por un sujetador de encaje también negro, de esos que apenas tapan la mitad.
Ante mi falta de respuesta, nuevamente pregunto:
- como me queda?
Yo, mentalmente me persigné y dije "que sea lo que dios quiera". Me acerque a ella, agarre su mano abierta y la puse sobre mi paquete duro como una piedra:
- te sirve esta respuesta?
Ella se sorprendió, pero tardo unos segundos el soltarla, después me agarro por la pechera y a escasos centímetros de mi cara dijo:
- si juegas con fuego te puedes quemar.
y me dio un par de besitos en los labios. Yo que estaba en época de sequía la agarre por el culo y la apreté fuerte contra mi besándola apasionadamente, como queriendo acariciar su campanilla con mi legua. Después de unos minutos de excitantes magreos y apasionados besos yo tenía mis manos dentro ...