La familia de Jesusa
Fecha: 08/07/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Vallekanito, Fuente: SexoSinTabues
... semana aproximadamente y oyó a Jesusa trasteaando en la cocina, se asomó y lo que vió le llevó a veinte años atrás, se había vestido exactamente igual que el día que la conoció, el mismo polo, la misma falda que entoncs, algo más grandes por razones obvias pero a él le gustó más que entonces, había más carne donde agarrarse. – ¿Te gusta lo que me he comprado? – Me encanta, ¿te acordabas de lo que llevabas puesto el día en que te conoci? – No se me puede olvidar, llevé ese maldito uniforma la tira de años, no sabía que gracias a él te iba a conocer – La verdad es que me volvió loco nada vez verte,esa faldita, por dias, no debían de vestir así a las niñas, quien será el pervertido al que se le ocurrió. Venga, vamos a dejarnos de charla y vente para acá. La verdad es que me volvió loco nada vez verte,esa faldita, por dias, no debían de vestir así a las niñas, quien será el pervertido al que se le ocurrió. Venga, vamos a dejarnos de charla y vente para acá. La verdad es que me volvió loco nada vez verte,esa faldita, por dias, no debían de vestir así a las niñas, quien será el pervertido al que se le ocurrió. Venga, vamos a dejarnos de charla y vente para acá. La agarró por el culo y se la acercó al igual que aquel día lejano para que notase como estaba, la llevó hacia la mesa y la tumbó, le bajó la falda hasta los tobillos y se abalanzó sobre ella, la agarró bien por las tetas y allí mismo se la folló, la verdad es que no duró mucho, pero fue un polvo intesnso. Ahora también se ...
... estaba corriendo, en la cama, se limpió como pudo con la sábana, miró hacia la puerta y allí vió a su mujer. – Vaya, Miguel no te podías esperar. – Te lo avisé, estaba caliente, quería haberlo hecho contigo pero tu te fuiste y me he tenido que aliviar yo solo – ¿Y ahora quien me va a aliviar a mi? – Tranquila, dame dos minutos y estoy otra vez listo, sobre todo si te pones tu a mi lado para calentarme – Eso está hecho, amor. – Se metió en la cama, se taparron con la sábanas y se pusieron de medio lado, mirándose uno a otro. Miguel la empezó a besaar apasionadamente en la boca, la metió la lengua hasta la garganta en un gran morreo. – Como te quiero, Jesuta – Yo a ti también, Miguel, fue una suerte poder salvar nuestro matrimonio. – Si, la idea que tuvimos a hecho que volvamos a gozar como nunca. – Hablando de gozar, mira, Jesusa, ya estoy casi a punto. Le cogió la mano y se la acercó a la polla para que viera como iba creciendo. – Así me gusta, amor. Miguel le fue subiendo el camisón para quitarle las bragas, quería acariciarle el coño para que lo tuviese bien lubrificado para cuando le metiera la polla. – ¿Dónde están tus bragas? – Anda es verdad, están en la cama de Jesús, recuerdame que cuando acabemos vuelva a por ellas. – O sea, que tu también has pasado un buen rato. – Ya sabes lo caliente que soy, no me he podido aguantar. Miguel le empezó a sobar el coño al mismo tiempo que le abrió los botones del camisón, Jesusa siempre dormía sin sujetador, le molestaba, cosa nada ...