El Café Las Torres (Parte 1)
Fecha: 09/07/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Kurenai, Fuente: CuentoRelatos
Hola, mi nombre es Andrea Garzón, soy escritora de literatura erótica desde hace 2 años, he publicado 2 ensayos sobre poesía erótica y un libro completo el cual no ha tenido tan buena venta como esperaba además de mi sitio en la Internet, pero ya es un comienzo…
Antes de empezar a relatarles mi experiencia, debo hacerles una confesión, soy una mujer que desde niña he sufrido de un gran complejo debido a una anomalía congénita la cual es una derivación del Síndrome de Morris donde mi clítoris crece de manera anormal entre mis labios vaginales, mi vagina es estrecha y carezco de útero lo que me impide tener hijos, soy lo que común mente se conoce como “Dick Girl” o “Chica Pene”, soy una mujer normal pero con un pene el cual desarrolla funciones normales de un pene inclusive orinar y eyacular.
Bueno, después de esta breve explicación sobre mi condición, comenzaré a narrar mi relato. Todo empezó cuando decidí salir a buscar inspiración para mi próxima obra, dejé de ir a los sitios de siempre para visitar uno nuevo fuera de la ciudad donde trabaja una amiga mía llamada Maribel. Mary (como llamamos a Maribel) es una amiga que estudia Comunicación Social en la misma universidad que yo por lo que me había comentado de este sitio por lo que decidí ir para cambiar un poco de ambiente.
―“Señorita, mas café por favor…” dije a Mary.
―“Si, ahora mismo…”
Ella es Mary, una mujercita de 20 años, 1.75 de estatura, 90-60-95, rubia natural, ojos azules como el agua del mar de ...
... las playas del caribe, labios rojos y carnosos dispuestos a dar una buena mamada a cualquiera que se lo pida, una mujer muy completa.
―“Vaya, ese uniforme que llevas te va muy bien, Mary”
―“Oh, ¿de veras?... Vamos, no me mires tan fijamente, digas lo que digas me da mucha vergüenza…”
Aun no sabía si el uniforme de Mary era el motivo de sentirme tan excitada, verla me hacía sentir rara, las demás meseras también actuaban de manera extraña, definitivamente ese Café tenía algo extraño, quizá se debiera a que los escritores eróticos tenemos un sexto sentido para estas cosas pe5o siento un olor embriagador que provenía de aquel sitio, en este Café hay algo… un no sé qué…
―“Señorita, ¿le importa si retiro su plato?”
―“No, adelante, gracias” dije.
Quien era aquel hombre que vino a atenderme, es hermoso, supremamente atractivo, alto, cabello corto, acuerpado sin ser musculoso, delicado pero firme, en una palabra… delicioso.
―“Hey, Mary, quien es ese hombre, no está para nada mal…”
―“Ah, ese es el señor Cortés, el dueño del negocio… es una persona espectacular, desde que está aquí vienen el doble de clientes…”
―“Umm, parece muy bueno en su trabajo”.
Debí entender su significado en ese mismo momento…
―“Ay, Mary, por cierto, a qué hora sales del trabajo, ya que estoy aquí deberíamos salir a dar una vuelta y tomarnos unas cervecitas…”
―“Como??..Bueno, la verdad es que no puedo, tenemos una reunión con el jefe después de cerrar así que..”
―“Bueno, ...