Me vieron entrar en un piso de prostitucion pero no es lo que parece - Relatos Eróticos

Me vieron entrar en un piso de prostitucion pero no es lo que parece

... seguía abriéndome, me temblaban los brazos al estar apoyada y también las piernas, notaba como me estaba excitando de tan nerviosa que me puso, quitó sus manos de mis glúteos y las volvió a poner pero con los dedos pulgares tocando mis labios vaginales, ya me los separaba directamente y seguía con comentarios haciendo referencia a que debía ser un putón para tener el chocho así de abierto, me dijo que debían haberme metido de todo, con voz temblorosa le dije que es que ya de jovencita tenía la vulva muy prominente mas grande de lo normal, que era congénita y que me daba mucha vergüenza ya en el colegio que me viesen mis compañeras en las duchas. Me dijo que no hacía falta que me excusase, que podía suponer alguna pega según la lencería que llevase, pero que en mi vida no se metía, que ella valoraba otras cosas. Seguía con sus dedos abriéndome la vulva pero cada vez me metía los dedos más adentro, hasta que paso a abrirme directamente la vagina, no puede evitar dar unos gemidos y ella metió ya directamente varios dedos dentro de mí, volví a gemir y note como se escurrían unas gotas de mi abundante flujo por mis labios…, saco los dedos dándome una palmada en el culo. Solo fui capaz de decir lo siento, me dijo que no pasaba nada, que me daba el trabajo y que me avisaría para el próximo desfile de lencería, que era la mujer ideal y que era mejor de lo que le habían dicho, y que estaba segura que no la defraudaría. Me dijo también que le gustaría invitarme a un café en su casa, ...

... que le había gusto mucho y que independientemente del trabajo de modelo que ya era mío, le gustaría probar conmigo unos juguetes que tenía sin estrenar por ser demasiado grandes y que estaba segura que visto lo visto a mi si me entrarían y que lo disfrutaríamos mucho las dos. Sé que pensareis que soy una zorra o algo así, pero no hago mal a nadie, acepte su invitación, sé que el trabajo decía que era mío pero he hecho cosas así en otras ocasiones y quería asegurarme de que me lo daban y es mejor caer bien desde el principio. Al decirle que si no esperó más y directamente me dijo que íbamos a su casa, allí ya se comportó de otra forma que en el despacho, ya en el ascensor me comenzó a sobar y a levantarme la minifalda sobándome a saco, mientras me decía que desde que había entrado sabía que era puta que solo una muy puta va a un casting sin bragas y que ya le habían dicho que me abriría de piernas encantada, me puso muy nerviosa y le dije que quien se lo había dicho, me dijo que solo era una forma de hablar para calentarme y prepararme para los consoladores extragrandes que me metería por mi culo por ser tan zorra. Me hizo excitarme muchísimo. Una vez dentro de su casa me dejó desnuda en un segundo sobándome como lo hace un hombre, me puso de espaldas sobre la mesa del salón abriéndome las piernas de par en par y sin parar de insultarme, tenía los consoladores encima de la mesa, solo tardo unos segundos en ponerse el arnés y acoplarle uno de los consoladores y lo dirigió hacia ...