Celebraciones familiares: La boda
Fecha: 14/07/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos
... ella.
Me acerqué a ella y le grité. ― Pedazo de puta, ponte ahora mismo en cuclillas y cómeme la polla ―acompañando mi exigencia con una firme presión sobre sus frágiles hombros. Ella se agachó obediente. En ese instante, vi a dos jovencitas que se nos acercaban rápidamente. Una de ellas era Carla, sobrina de Piedad … Me dio igual, ya sentía la cálida y delicada boca de su tía envolviendo mi capullo. Le hice una seña para que no se acercara. Aunque Carla estaba ya tan paralizada y absorta como la otra muchacha, viendo mi inflamado miembro hundirse en la boca de su tía. Ver el pasmo de las chicas, asombradas, observando cómo me chupaban la polla fue algo nuevo y excitante para mí. Tras sus grandes gafotas de pasta los ojos de Carla no perdieron detalle de la comilona de su Tita Caruchi. La verdad es que lo hacía de maravilla, la beata cristiana no sólo mamaba con ganas, también lamía de abajo arriba a largos lengüetazos y tragaba más de diez centímetros de gorda polla. Las muchachas atendían con aplicación, sabían que estaban recibiendo una enseñanza práctica que les sería de gran utilidad como mujeres. La verdad es que en cierto modo incluso me sentí orgulloso de participar pasivamente en aquella lección magistral.
De pronto, mis ojos se cruzaron con los de Carla. No pude contener una risita maliciosa. Estaba asustada. Acababa de comprender que yo era el macho alfa de aquella familia. Aquella malévola idea provocó que franqueara del punto sin retorno,
Llevaba varios ...
... días en blanco, y la muy zorra me la dejo reluciente de saliva, incluidos los huevos. Agarré a Piedad por el recogido del pelo y cerrando los ojos comencé follarle la boca dispuesto a vaciarme las pelotas…No me quedaba mucho. No sabía si Piedad se molestaría, hay mujeres a las que les repugna el peculiar sabor del esperma. No quería que se enfadara, así que la avisé.
― Piedad, no aguanto más… Me voy a correr.
― ¡Ummmmh! Yagh… ¡Ummmmh! Yagh Logh ségh ―respondió orgullosa y siguió mamando con decisión.
― ¡Oh! ¡Oh! ¡Aaah! ―No aguanté más y empecé a eyacular en su boca. ― ¡Aaah! ¡Aaah! ¡Aaah! ―fue brutal, ¡Qué sensación! Pensaba que los espasmos no iban a acabar nunca.
Cuando las sacudidas se espaciaron en el tiempo, aquella golfa de buena familia retomó un lento pero amplio cabeceo chupando con fuerza para apurar hasta la última gota de leche. Después se puso en pie…
― Sí que tenías ganas, semental. ¡Menuda corrida! ―y me besó. Noté el sabor agridulce en su boca.
Al oírla volví a abrir los ojos, las muchachas habían desaparecido. Su tía en cambio tenía una sonrisa de oreja a oreja.
― Anda, guárdate el pajarito… que no coja frío ―me avisó
― ¡¿Te lo has tragado?! ―dije sorprendido.
― Esa pregunta es un bastante estúpida, no crees… e insultante, que lo sepas… soy una mujer decente, y estoy prometida ―estallando de risa
Me maravillaba el sentido del humor y la inteligencia de aquella mujer.
― Creo que deberíamos irnos. ―sugerí.
― O.K… Voy al baño… ...