1. Celebraciones familiares: La boda


    Fecha: 14/07/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos

    ... duro miembro.
    
    ― Jolín Roberto, ¡Qué bien preparado que estás!, ¡Por Dios! ―dijo mirándome a los ojos mientras se mordía el labio inferior.
    
    Piedad, catequista en la parroquia de Santa María, me estaba demostrando que hoy día la Fe de la religiosa de una mujer no está reñida con su debilidad natural por la carne, la carne dura de macho. Piedad se metió el glande en la boca y lo saboreó, la besó después con dulzura, me la chupó con auténtico fervor mientras yo pellizcaba sus pezones...no podía dejar de amasar sus tetas con intensidad de aquella Diplomada en Sexo Oral.
    
    ― ¡Qué bien lo haces preciosa! ¡Qué afortunado…! ¡Ooogh! ¡…tu Paco!
    
    Mientras nos besábamos yo pasé mi mano por detrás de ella bajo la falda del vestido de novia hasta acariciar su sexo desnudo, y estaba... estaba empapado, hasta sus muslos estaban pringados y resbaladizos. Seguí jugando con su chochito. Estaba tan excitada que decidí probar a meterle el pulgar por el culo.― ¡Oooh! La oí gemir dando un ligero respingo pero de inmediato la besé con pasión para evitar cualquier protesta, y así hasta que me recuperé. Lo cual no me costó mucho ocupándome de todos sus orificios.
    
    Cuando estuve de nuevo con la polla como un mástil me pidió que me tumbara, se sentó sobre mí y me miró a los ojos mientras ponía la punta de mi ariete en su resbaladiza entrada. Sin esperar se fue dejando caer.
    
    ― ¡Dios bendito!… Me vas a matar, ¡Qué maravilla! ―voceaba desinhibida, sin importarle que la oyeran desde el ...
    ... pasillo. Conforme mi verga iba entrando el ella, Piedad iba estando más y más fuera de sí, hasta que al fin la tuvo toda dentro. ¡Qué calentita se sentía!
    
    ― Sí Piedad. Vamos, cabalga como una puta, llénate de macho. ―Yo tenía sus tetazas bamboleándose sobre mí, y no tardé en incorporarme para dar cuenta de los duros pezones de la prima.
    
    Empezó a agitarse sobre mí. Animándome a comerle las tetas.
    
    ― ¡Qué rica! ¡Qué rica! por Amor de Dios, Teresa tiene el coñito cedido, y esa cara de felicidad, la muy zorra. ¡Ah! ¡Ah! ¡Aaaah! ―barruntó su primer orgasmo.
    
    ― Y culo. El culo también lo tiene abierto, ahí donde la ves ―añadí con rabia.
    
    ― ¡No! No puede ser ―jadeaba― ¡Por el culo no puede ser…!
    
    ― ¡¿Qué no puede ser?! Pregunta a tus amigas casadas ―grité empujando fuerte.
    
    Entonces di un tirón al vestido dejando al aire las dos tetas más bonitas y más grandes que he visto en mi vida. Duras por la excitación sexual, os pezones tiesos y oscuros, con una aureola redonda y sonrosada... Puedo imaginar mi cara de bobo.
    
    ― ¡Noooh! ¡Eres un pervertido!... ¡Violada analmente! ¡Pobrecitaaah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ―aulló de nuevo.
    
    ― ¡Nada de pobrecita…! que se mea de gusto… ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ―no pude contenerme.
    
    ― ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ―gemía
    
    ― Pronto tu Paco querrá perforar tu agujerito… y llenarte el culo… ―añadí burlándome de ella― y tú… tú disfrutarás con su estaca… hasta caer reventada… igual que tu prima…
    
    ― ¡Ah! ¡Ah! ¡Aaaah! ―volvió gritar.
    
    ― A mí no me la mete nadie por ahí ...
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