1. Mi relación


    Fecha: 17/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... La situación era confusa y explícita a la vez. Al incorporarme, y como tenía mi top suelto para que no se marcara, había quedado con mi pecho desnudo, Adriana por su parte, antes de voltearse y pedirme más bronceador había apuntado el top de su bikini, de forma tal que pretendía que yo le aplicara la crema bronceadora donde ella bien se la podía aplicar, y a la vez me señalaba unas fronteras con su escasa ropa.
    
    Empecé entonces a untar sobre su cuerpo el bronceador, desde sus pies hacia arriba, sobre sus piernas cubrí hasta el límite del panty de su bikini, de allí pasé a su cara, cada vez más excitada removí el cabello que la cubría y delicadamente apliqué la crema por su rostro, luego pasé a su cuello y de allí salté a su vientre, de él subí hasta el límite que me marcaba el top bien ajustado, y luego me ocupé de sus hombros y de su pecho hasta donde el top lo permitía. Entretanto la respiración de Adriana se agitaba. Yo también me sentía inquieta, estaba ocupada como estaba más de lo necesario en la parte descubierta de su pecho, Adriana abrió los ojos, me miró directamente y me preguntó si me gustaba… Yo quedé petrificada, y solo atiné a cerrar mis ojos mientras mi mano seguía frotando la parte descubierta de su busto. Ella unos segundos después extendió su mano, acarició mi pecho descubierto, y me repitió la pregunta: ¿te gusta?. Yo no respondí, sencillamente seguí acariciando la parte descubierta de su busto y reaccioné favorablemente cuando ella se incorporó y me ...
    ... besó en la boca.
    
    En esas pocas horas que nos quedaban regresamos a la carpa, e hicimos el amor de todas las formas posibles entre mujeres y nos gozamos una a la otra y otra a la una hasta el infinito. Los días que quedaban del paseo buscamos cada rincón, cada excusa, cada ocasión para besarnos, acariciarnos y cuando fue posible hacer el amor.
    
    Luego regresamos a Bogotá, y durante el resto del curso con la mayor discreción fuimos amantes. Una vez graduadas, cada una tomó su camino y el de ella fue residir en el exterior. Desde entonces no he tenido relaciones sexuales con otra mujer, pero espero que un día me vuelva a encontrar con Adriana.”
    
    Por su parte, mi marido me contó:
    
    “Yo tenía quince años y hacía parte del equipo de tenis de mesa de mi colegio. Un compañero del equipo, que cursaba un año anterior al mío, me invitó una tarde a practicar en su casa, que no solo era amplia y lujosa, sino que además tenía una gran área de juegos con bolera, billar y muro de tenis (frontón). Practicamos un buen rato de tenis de mesa, y cuando yo expresé que quería ir a orinar él no sólo me indicó el camino sino que ingresó conmigo al baño, cosa que no tenía nada de particular, porque había varios cubículos para orinar. A la salida del baño, mi compañero comentó que yo por ser mayor debía tener el pene más desarrollado que el suyo. Reanudada nuestra práctica yo no podía ignorar su comentario de modo que lo alenté a repetirlo y cuando él lo hizo yo me ofrecí a mostrarle mi miembro, ...