La noche que me quedé en tu casa - Cuarta parte - Relatos Eróticos

La noche que me quedé en tu casa - Cuarta parte

Amado Primo,

Ésta es la cuarta fantasía, la cuarta, y tuve muchísimas más, no te hacés una idea, que continúa la fantasía anterior.

Una vez que sentí en mi boca la textura semipegajosa del elixir que me dió S., y luego de saborearlo por toda mi boca y que me lo tragué ansiosa pero lentamente, me dediqué a "limpiarle" la leche que le había quedado en la pija, mientras que con una mano, te pajeaba a vos, para que no te sintieras solo. Después de lamerle toda su tremenda pija, me dispuse a saborear la tuya, también enorme y gruesa.

¡¡Qué dicha tan enorme, tener a dos machos como ustedes al lado mío!!.

-- "Estoy cansado de chuparles las pijas", les digo, "quiero sentir la pija de ustedes adentro mío... ahora".

-- ¿Estás seguro, no querés descansar?, me dijiste.

--"No... porque no quiero que termine más esta noche", te dije y me abalancé sobre vos, y te empecé a besar con inmensa pasión.

Mientras te estoy besando, siento que S., me empieza a acariciar mis nalgas y mi culito, y de a poco se va acercando hasta que se sube arriba mío, y apoyando su pija sobre mi cola, empieza a menearse.

-- "Sos divino, C.. ¿Te gusta lo que te estamos haciendo?", me pregunta S.

-- "Ay...no te hacés una idea de cuánto me gusta. Me enloquece. Me aleja totalmente de la realidad. Me siento flotar de tanto placer."

-- ¿Querés que yo te coja primero, o preferís que primero sea F.?".

-- Como quieran ustedes, pero no demoren mucho en metérmela, por favor".

-- "Bueno, ...

... entonces soy el primero. Voy a buscar manteca para lubricarte un poquito y ya vengo", me dice S.

-- "No creo que haga falta. Siento mi culito como que está enorme. Fijate".

Se fijó, y vio que era así. Por haber sido "cojido" con los dedos de ustedes, mi ano estaba bien agrandadito, para poder meterme todo su tremendo pedazo.

-- "Tenés razón”, me contesta.

Entonces, me pidió que con mis manos abriera un poquito mis nalgas, así le era más fácil para él, meterme la pija. Dejo de acariciarte, abro mis nalgas con mis dedos y empiezo a sentir la puntita del pedazo, y que de a poquito lo va metiendo más, y otro poco más, y otro poco más, hasta que me había metido casi media pija adentro mío.

--“Ahí voy... de a poquito... Despacito... ¿Así está bien?", me pregunta S.

--"Ayy,… ssssíí... mi vida....assssí vas perfecto.... ¡¡Qué divino!! ¡¡Qué gruesa... mi vida.."

¡¡Qué tamaño y grosor de pija...!! Uaauu.

Mientras tanto, vos me besabas con tu lengua y me preguntabas si me gustaba todo esto, y yo decía que sí, que sí, que siguieran. Que no pararan nunca.

S. al sentir lo que yo te respondía, me empezó a cojer, primero con lentitud, para gozar él, para gozar yo. El dolor que iba sintiendo era tremendo, pues ya había recibido tu pija unos minutos antes (también bien gruesa y larga) y había quedado un poco sensible, pero fue tan grande el goce de este último dolor, que empecé a mover mi cintura, y mi colita subiendo y bajando, y hacia la derecha e izquierda, me movía ...