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La noche que me quedé en tu casa - Cuarta parte
Fecha: 17/07/2019, Categorías: Gays Autor: buitrepanda, Fuente: CuentoRelatos
... con un placer fabuloso. No era tu pija, tu hermosa, grande y gruesa pija. Pero igualmente estaba gozando tremendamente. -- "Dale, cojeme, cojeme, dame toda tu leche", le pedía a S., y entonces él empezó a moverse más ligero, con más profundidad cada vez que me la metía, y casi en seguida empezó a decir que ya estaba por acabar. -- "Ahí voy, C... ya te doy toda mi leche... ¿la querés?". -- "Sí, síiii, por favorrrr !!! Llename el culo de tu leche. Daleeee". Y empezó a cojerme cada vez con más y más energía, profundidad, y rapidez, hasta que me dice: -- "Ya voy... ya voy.... ahhhhhh... te estoy dando toda mi leche", me decía al mismo tiempo que se movía con movimientos entrecortados, en cada acabada que me hacía dentro de mi culito. Y en cada uno de esos estertores, yo le apretaba la pija con mi culito y le aflojaba, se la apretaba y se la aflojaba. -- "Ay... así guacho, así... divino... te quiero, C., te quiero.. seguí haciéndome eso, seguí", me respondía él. Mientras, vos estabas debajo mío boca arriba, y me besabas la cara, el cuello, me dabas besos de lengua... ¡¡Qué placer!!! ¡¡Qué goce!! ¡¡Fabuloso!! Luego de que S. me dio toda la leche que tenía en esos momentos, ...
... nos quedamos inermes, tanto él como yo, sin mover nuestros cuerpos. Lo único que yo movía era mi cintura suavemente, pero muy suavemente, de un lado para otro y de arriba hacia abajo, para poder seguir sintiendo el pedazo de mi otro primo que todavía lo tenía adentro de mi culito. Entonces vos empezaste a acariciarme, besarme, y me acariciabas mis hombros, parte de mi espalda, de mis nalgas. Parte de ellas, porque S. estaba totalmente quieto sobre mí y adentro mío. No quería ni moverse hasta que tú le dijiste que ahora vos querías cojerme. -- "¿Te gustó?", me preguntó S. -- "Por supuesto, mi vida. Me encantó. Además yo también te quiero a vos. Y me gustó tu pija también. No tanto como la de F., pero la tuya también es divina (y era tal cual, los dos tenían unas pijas divinas: bien gruesas y largas. Mmmm). Me encantó sentirla adentro mío. De esto no me voy a olvidar durante toda mi vida. Ojalá pudiéramos hacerlo todos los días, o todas las semanas o meses, no sé, pero lo que sí sé, es que no deberíamos de dejar de vernos para que vos también me cojas otra vez.", le dije y le dí un beso de lengua apasionado, y siguiendo moviendo mi colita, para sentir su pija dentro mío. Continuará…