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Mi novia es una ninfómana − Parte II
Fecha: 18/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: pierrelouis, Fuente: CuentoRelatos
... bañera, una inmensa y suave toalla recubrió mi cuerpo con una agradable caricia, el me secó, salió fuera y me dejo sola, estaba segura de que lo hizo para darme un poco de intimidad, aproveche para hacer mis necesidades, me apresure, si volvía y me veía así..., me ruboricé solo de pensarlo. Salí al cuartucho, había preparado unas muñequeras y unas tobilleras que había sujetado a la cama. Me dijo que dormiría todas las noches atada. Me tumbé de espaldas y me ató en cruz. Todavía tenía esperanza de que utilizara mi cuerpo, no mi cuerpo, a mí entera. Apagó la luz y se marchó. Esa noche el orgasmo no fue físico ni tan siquiera me rozó, mi cabeza empezó a elucubrar y todas mis fantasías surgieron sin ningún esfuerzo. No sé cuántas veces me penetró y me utilizó, esa noche mi placer fue inmenso…. Ese segundo día, vino al cuartucho, encendió la luz, iba perfectamente vestido con traje azul y corbata de tonos rojos y dorados, traía una bandeja con zumo, café y leche y unas pastas. Soltó mis ataduras y masajeó mis tobillos y muñecas, me hizo levantar y me acompañó al cuarto de baño, este viaje no se marchó, se quedó mirando como hacía mis necesidades, no había visto una puerta en el rincón, era una ducha. Abrió los grifos y el agua comenzó a correr, me duché y él me secó con suavidad y dedicación. Volvimos al cuarto donde desayuné, al terminar me acompañó hasta la salita china. Me dijo que esas tres estancias era a todo lo que podía aspirar en esa semana, la única que tenía ...
... ventanas al exterior, las tenía tapadas con unos gruesos cortinajes de terciopelo negro, nada de luz se filtraba del exterior. No sabía si era de día de noche, o que hora podía ser, ningún reloj me aclaraba mi incertidumbre. Me ató a las argollas que pendían del artesonado, las conocería bien, en días futuros serían una cita ineludible para mí. Una vez sujeta de pies y manos en forma de X comenzó a azotarme, lo hizo con una banda goma de unos 10cm. de anchura. Comenzó por la parte trasera de mis muslos por encima de mis rodillas subiendo hasta mis riñones entreteniéndose más tiempo en mis nalgas. Los golpes eran secos y muy fuertes, las gomas se adaptaban perfectamente a mi cuerpo y el golpe era en toda su dimensión no en un punto concreto. La parte delantera tampoco se libró de los golpes, fueron menos en número y en intensidad principalmente en pechos y muslos, quede extenuada. Antes de soltarme aplicó una pomada por mi zona afectada que mitigó la calentura y el escozor. Me tendió en los cojines del suelo, me dijo que tenía ir a trabajar. Sabía perfectamente que no me levantaría hasta su regreso. Antes de salir me cubrió con una suave tela, no hacía frío, pero la agradecí. A su regreso se sentó en el sillón a mi lado. Me hizo poner frente a él arrodillada sentada sobre mis talones con las rodillas muy separadas. Hablamos largo tiempo acerca de la sumisión, me aclaró dudas y temores y me dijo lo que ahora hablaba al teléfono. —A partir de ahora tu cuerpo me pertenece solo ...