1. Mi primera verga: culo destrozado por mi tío (2a parte)


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Gays Autor: RodrigoMH, Fuente: SexoSinTabues

    No sé cuánto tiempo habría pasado, cuando me desperté con el enorme glande de mi tío, duro y caliente, frotando y mojando mis labios. Me quedé petrificado, él me sonrío diciendo –Hay que concluir lo que iniciamos anoche- Ante mi nula respuesta dijo –No puedes negarte, eres mío y ya no hay marcha atrás, tú lo iniciaste, tú lo terminas- al tiempo que se agachaba e introducía su lengua con ímpetu en mi boca. Un escalofrío placentero recorría mi cuerpo, me encantaba ese beso dominante y la barba que me hacía cosquillas despertaba mis sentidos. Cerré los ojos y lo abracé por el cuello –Entrégate sin miedo, así- Se metió a mi cama y me montó sobre él en 69. No aguanté y me abalancé sobre esa verga grande saboreando el líquido preseminal, excitado a la vez por sus gemidos. Arremetió con fuerza hundiendo su cara contra mi culo virgen y jugando con su lengua en mi agujero. Di un salto de placer dejando bruscamente su verga fuera de mi boca, era una sensación extasiante y nueva, estaba aprendiendo a controlar mi cuerpo. En el descontrol de mis emociones pasé a llevar con mis dientes su verga y él respondió con una nalgada fuertísima –Con ciudado, pendejo- exclamó. Jamás había recibido un golpe así, pero debo reconocer que eso me estimuló más, quería aprender cada vez más y ser domado por ese hombrazo, ese macho que me poseía. Succionaba con fuerza mi culo, introducía de a poco la lengua y le costaba trabajo, yo estaba demasiado apretado, tenso aún. Comenzó a acariciarme una vez que ...
    ... tenía bien mojado el culo, yo lo apretaba y soltaba involuntariamente cuando comenzó a introducir uno de sus gruesos dedos. La sensasión placentera fue indescriptible. Luego llevó el segundo dedo hacía adentro y eso me dolió al principio, pero en la medida que iba más profundo yo gemía de placer, no sabía hasta qué punto llegaría, todo seguía siendo una experiencia de descubrimiento para mí. Gemía y gemía con su pollón ahogando las expresiones de placer en mi boca hasta que no aguanté y me corrí sobre él –Qué calentona mi putita- dijo, no me gustó esa manera de referirse a mí, pero yo estaba sumido en las sensaciones que provocaba el segundo orgasmo que un macho como él provocó en mí. Me volteó e hizo que lamiera mi semen sobre su pecho. Me dio asco, no era lo mismo saborear mi semen que el de él, pero una vez q lo dejé limpio (difícil tarea en ese pecho peludo) me cogió por el pelo y me besó con fuerza succionando el contenido lechoso y tibio de mi boca. El placer para mí se seguía incrementando. Luego de ello me cogió en brazos, yo me aferré a esos hombros anchos definidos, pensé que me llevaría a su pieza, una cama más grande. Para mi sorpresa me depositó de espalda sobre la mesa del comedor con la cabeza colgando. Me besó y dijo –Comienza a respirar por la boca- para luego introducir su pija dura con ímpetu y bestialidad hasta lo más profundo de mi garganta. Yo no podía controlar las arcadas, el apretaba mi nariz, se demostraba todo un experto y eso me excitaba aún más. ...
«1234...»