1. Mi primera experiencia - Parte 8


    Fecha: 19/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: hilda, Fuente: CuentoRelatos

    ... tumbó hacia atrás recostándome sobre su torso.
    
    Tarzán, aceptando el obsequio, de inmediato se acercó y abriéndome las piernas me apoyó la cabeza de su pija en la vagina. Sin mucho preámbulo me la empujó en dos o tres enviones para hacerla llegar hasta el fondo.
    
    Traté de relajarme. Mis piernas temblaban sobre los brazos de Tarzán en un reflejo involuntario.
    
    Los dos comenzaron nuevamente a bombear sus porongas con suaves pero marcados movimientos amacándome en una infernal cogida, haciéndome ver hasta la estrella más recóndita. Intenté soportar con los labios apretados y los ojos cerrados. Mis agujeros se iban acomodando a los enormes invasores.
    
    De pronto vi que Drácula se había acercado al rincón donde estaba con mis dadores y se detuvo posicionándose a uno de mis lados. El hombre vampiro me tomó del cabello haciéndome ver como se masajeaba su pene cerca de mi rostro. Con cierta expectativa a pesar de mi dolor anal, vi que se cumpliría mi fantasía de tener tres hombres a mi disposición. La pija de Drácula estaba muy firme y su botón parecía un sabroso bombón que comencé a saborear con la lengua cuando él me lo puso en la boca.
    
    Muy cerca, un hombre de raza negra del que apenas distinguía en la oscuridad el blanco de sus ojos y su dentadura, observaba sonriente el fabuloso espectáculo. El negro se mostraba dispuesto a participar del show y al acercarse con su magna musculatura ví que tenía brazaletes y tobilleras con flecos, identificándolo con la descripción que ...
    ... Mabel me había hecho del africano en el jardín.
    
    Al sacar fuera de su slip el oscuro armamento de formidable tamaño, no me quedaron dudas que se trataba del negro que se la había cogido a mi amiga junto con Tarzán.
    
    Se colocó del otro lado de mi cabeza, acercándome también su órgano. Se lo tomé con mi otra mano y pude apreciar como lentamente tomaba rigidez y crecía hasta alcanzar un tamaño similar al del Esclavo.
    
    Mabel no había exagerado nada con la descripción de potencia y tamaño que me había hecho del esclavo y del africano, diciéndome que la raza negra tiene los ejemplares machos más dotados del universo y yo en ese momento lo pude comprobar.
    
    El Negro y Drácula delataban la ansiedad en sus rostros, deseosos que los calmara con mi boca sin más demora. Realmente se cumplía mi máxima fantasía. Cuatro machos para mi sola. En busca de un goce total tomé en cada mano esas hermosas y duras pijas como si fueran dos haces de basto, uno blanco y el otro negro. Ya con el goce de las dos porongas que perforaban mis dos agujeros y se abrazaban en mi vientre, con un placer inconmensurable comencé a chupar esas dos pijas deliciosas. Entregada al goce total en el delirante viaje que me arrastraba a un sublime final, mi cuerpo se retorcía en eróticos movimientos, mi garganta espetaba gritos ahogados de placer y también del dolor de sentir mi orto desgarrado. Mis manos se aferraban a mis machos y mi cabeza se movía agitadamente a uno y otro lado para chupar esos fabulosos penes ...
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