1. Una lectora que se convierte en uno de mis relatos - Parte 5


    Fecha: 21/07/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... las paredes de su intestinos que una y otra vez se ven invadidos de mi verga. Verónica puede ver todo aquello y he visto de un lado y ella se ha llevado su mano adentro de sus pantalones y veo que se masturba lentamente. Me ve y creo siente en algo pena, pues ha parado repentinamente. Lizbeth gime muy excitadamente, pues creo que mi verga en su culo y el consolador en su panocha, la están llevando a esa sensación que no tiene retroceso. Hemos llegado a una coordinación constante y que parece con pausas y mientras ella se mete el consolador mi verga sale y viceversa hasta que explota en una erupción fantástica de un orgasmo descomunal. Ahora Verónica puede ver y oír como Lizbeth gime de placer y a la vez me pide que le rompa el culo, mientras ahora el consolador sigue saliendo y entrando a la vez. Ya no hay coordinación y los gritos de placer se confunden con el chasquido que hacen el consolador en su panocha y mi verga en su culo. Se ha ido tan rico que me voltea a ver a través del espejo y me dice riendo: Eres malo.
    
    Lizbeth sabe que Verónica ha sido testigo de aquella cogida y le dice a Verónica, que ahora es su turno y que quiere como su culo es también destrozado por mi verga. Yo sabía que el ano de Verónica ya había tenido su gran dosis de verga y no consideraba que aguantara otra cogida por el ano. Pero creo que esta pequeña y linda mujer habrá tenido un enorme orgasmo anal, que estaba dispuesta a pasar por el dolor para obtener ese placer que ella espera encontrar ...
    ... otra vez. Mi verga sigue erecta y Lizbeth se mete junto a la ducha conmigo y me limpia para que continuara con la faena con su amiga. Lizbeth también ve el calzón que mojó Verónica con sus jugos vaginales temprano por la mañana y ahora se mira blancuzca y tostada ya secos. Lizbeth me enjabona y prácticamente me baña para que quede listo para su amiga. Lizbeth ahora descansa en el sofá, pero Verónica es ahora la que tiene pena ser desnudada frente a su amiga y le pide que salga a la sala. Lizbeth lo hace, pues creo que a pesar de ser grandes amigas, no llegan a esa confianza todavía aunque están siendo cogidas por el mismo hombre y se miran la una a la otra, todavía hay cierto pudor, si se le puede llamar pudor.
    
    Le remuevo la camisa y el pantalón deportivo a Verónica, y miro que lleva un juego de sostén y bikini color rosa de un tono elevado. Se mira preciosa y con la obvia mancha de su calzón ya mojado, pues se que se estuvo masturbando, le he quitado su bikini, le he dado unos mordiscos a su rico y jugoso clítoris y la he puesto en posición de misionero y le clavo la verga a mi antojo. Creo que Verónica está más pendiente que si su amiga la está viendo y se compenetra a la faena cuando la pena se le ha ido, pues sabe ahora que Lizbeth ahora nos ve desde el mismo sofá donde ella se masturbaba viéndonos a nosotros.
    
    Verónica es muy sensibles de sus pechos y ahora no los mamo tan violentamente como el día anterior, pues se que experimenta dolor, pero le encanta que le bese ...