1. Penélope, la mujer ideal (Final)


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    Ella tomó con suavidad una de mis manos y la apoyó en su pecho izquierdo, al que palpé con delicadeza, para susurrar
    
    -Quiero que me hagas el amor, acá, ahora…
    
    Con la sangre hirviendo y la pija dura como roca, me mantuve firme para advertirle
    
    -Te aviso que esto no pasará de esta noche, mañana será diferente, mañana nos despediremos, será nuestro secreto, solo te haré al amor…
    
    -Estoy dispuesta a correr el riesgo –sentenció rendida al tiempo que cerraba los ojos y se estiraba en punta de pies para buscar mis labios con sus labios
    
    Apreté con un poco más de fuerza su pecho izquierdo, lo suficiente para notar su puntiagudo pezón marcarse sobre la blanca tela y adivinar que no llevaba sostén, levantó sus brazos invitándome a sacar ese pequeño top y desnudar su torso, sus pechos eran mejor de lo que había imaginado, dos grandes esferas perfectas, en el lugar correcto, erguidas, amenazantes, unas enormes aureolas rosadas rodeaban sus pezones, ella sacó mi remera para apretar su pecho contra el mío, nos besamos con locura, con desesperación, sus dedos acariciaron mi espalda y yo llevé mis manos a su precioso culo que aún estaba cubierto por esas calzas tipo pantalón, haciéndole sentir en su bajo vientre la dureza de mi sexo.
    
    Me agaché solo un poco para rodearla con mis brazos bajo sus nalgas para levantarla entre ellos y dejarla sentada sobre mí, Penélope me rodeó con sus piernas por mi cintura y con sus manos por mi cuello, sus pechos quedaron frente a mi ...
    ... rostro, su piel estaba blanca, en los lugares donde no había podido broncear el sol, tragué saliva por la excitación, pasé dulcemente mi lengua por uno y por otro, sin apuro, sin pausa, ella respiraba con cadencia visiblemente excitada dejando notar que le gustaba lo que hacía, fui entonces acercándome a sus pezones que al ser provocados por mi lengua comenzaron a asomarse tímidamente.
    
    Los minutos pasaban, el sol caía y yo seguía perdido lamiendo sus senos, como un bebé que se amamanta de su madre, buscaba en una, luego en la otra, hasta que mis brazos comenzaron a sentir el cansancio por el peso.
    
    La bajé y la giré poniendo su espalda contra mi frente, para comenzar a refregar mi pija por su culo, para pasar mis brazos bajo los suyos y tomar sus pechos entre mis manos, para acariciarlos cual capullos de algodón, para obligarla casi desesperadamente a girar su cabeza para buscar mis labios con sus labios, para casi susurrarme al oído
    
    -Facundo, Facundo, tengo toda la conchita mojada…
    
    Bajé lentamente una de mis manos pasando por su vientre, para colarla debajo de la calza y llegar al elástico de su tanga, solo logré excitarla más aun, con su respiración entrecortada, lentamente dejé pasar los segundos buscando quebrar su voluntad, fui un poco más profundo, bajo la tela, casi llegando a su clítoris, estaba suavecita al tacto, depilada por completo lo que provocó en mi un nuevo salto de locura, ella volvió a susurrar
    
    -Te gusta? la preparé para vos…
    
    -Me encanta ...
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