1. Penélope, la mujer ideal (Final)


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... más que llenar mi calor masculino, la cogí un buen rato más hasta llegar al límite, me incorporé y fui sobre su rostro, Penélope se sentó sobre la hierba, abrió su boca y metió mi cabeza en ella, aprisionándola con pasión, me masturbé con fuerza, tratando de paralizar esos segundos en el tiempo, me temblaron las piernas, empecé a acabar, más y más, su entrecejo se frunció al recibir mi leche caliente, cerró los ojos para mamar y aspirar, Penélope pareció disfrutar de mi semen, mantuvo mi pija en su boca hasta que empezó a perder erección, solo la soltó riendo complacida, su boca estaba limpia, no quedaban rastros míos en su interior, entonces reclamó
    
    -Ya está? eso es todo? – con cara de decepción
    
    -No te alcanzó? Me pareció acabar un montón! – repliqué al instante
    
    Pero ella no contestó, solo frunció el rostro, como dejando en claro que esperaba más de mí, la verdad es que sus palabras no fueron prudentes, sentí herida mi virilidad masculina e inmediatamente la imaginé chupando pijas de jóvenes de su edad, seguramente había tragado litros de leche, muy lejos de lo que yo podía ofrecerle, y creo que lo que más me molestaba no era que lo hiciera, creo que el problema era que pudiera comparar, y que yo saliera perdiendo.
    
    Tragué mi orgullo, puesto que ella seguía a mis pies acariciando dulcemente mi sexo, mi verga poco a poco volvía a erguirse, cosa que causaba placer en ella y sorpresa en mí, me recosté sobre el césped, la tomé por la nuca e indirectamente le indiqué ...
    ... el camino a seguir.
    
    Penélope se acercó y llevó mi verga a su boca, comenzó a chuparla como desesperada rozándome con los dientes, provocándome más dolor que placer, me di cuenta que aún tenía mucho que practicar y aprender, hubiera tenido la oportunidad de devolverle la humillación, pero como buen caballero mordí mis labios, solo sutilmente la fui guiando, la hice bajar el ritmo, llevé su mano donde debía estar, corté el brusco movimiento de meter y sacar para que la disfrutara como un sabroso helado, poco a poco fue mejorando, la niña aprendía demasiado rápido…
    
    De todas maneras, supe que no llegaríamos a ningún lado y que prontamente se cansaría, la tomé por los brazos y la arrastré lo suficiente para que mi pija quedara entres sus tetas, ella empezó a jugar, a acariciarlas con mi vara erguida, a toquetear sus hermosos pezoncitos, lado a lado, acerque mi cabeza a la suya, la besé dulcemente y con una pregunta tiré una moneda al aire
    
    -Me dejas que te haga la cola?
    
    Ella me miró con dudas, lo pensó y respondió
    
    -Nunca lo pude hacer, los chicos son brutos y al intentarlo me hicieron doler, pero a ti… a ti si te lo doy, sé que no me harás daño…
    
    Se puso entonces receptiva en cuatro patas para que yo hiciera todo el trabajo, me puse tras ella, su trasero lucía majestuoso en esa posición, su piel bronceada, el diminuto triángulo de su traje de baño pornográficamente marcado, como describir tanta perfección…
    
    Abrí sus nalgas con mis manos, pasé suavemente la lengua ...