Por una mirada
Fecha: 28/07/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Bitacorardiente, Fuente: CuentoRelatos
No puedo pensar en algo específico para contar. ¿Necesitaré vivir más experiencias acaso? Contar la historia de un tipo que sentado delante de un monitor teclea sin parar hasta que se le acaben las ideas. Contar la historia de alguien que revisa su pasado cada cierto tiempo para notar cuánto había cambiado. ¿Servía de algo? ¿En qué cambiaría mi vida? Me paré y decidido salí a caminar.
Había un silencio de paz en las calles, solo podía escuchar el viento. Me metí las manos al bolsillo y empecé a caminar directo hacia al parque. Las luces amarillas de los faros le daban un aspecto cálido a las calles. No había nadie a pesar de ser temprano. Eso es lo que me gustaba de vivir aquí y espero que se mantenga así. Cuando llegué al parque sentí el aroma del pasto recién cortado, se sentía muy fresco todo. Respiro hondo. Lo necesitaba.
Mientras avanzaba, veo una chica sentada en una banca al lado del jardín. Ella me mira, pero yo no alejo la mirada. Tenía los ojos grandes, curiosos y castaños. Un flequillo delgado le caía desde la raíz de su frente.
-Hola, ¿nos conocemos?
Desvió ligeramente la mirada producto de sus nervios.
-N-no creo…
-De hecho te lo estaba proponiendo.
Se ríe llevándose la punta de los dedos a sus labios.
-Me llamo Ramiro, ¿y tú?
-Claudia… nunca te había visto por aquí.
-Lo mismo digo. Imposible pasar por alto a una chica tan guapa…
Se volvió a llevar los dedos a sus labios para ocultar su sonrisa pero esta vez ...
... enrojeció.
-Chistoso… -movió su bolso que ocupaba un lugar a su lado y me invitó a sentarme. Cuando me senté movió sus piernas en dirección a mí. Por cierto, llevaba una falda por lo menos siete dedos sobre la rodilla. Solo tuve una fracción de segundo para verlas. Eran largas y parecían duras.
-Y cuéntame… ¿qué te trajo por aquí?
-Las ganas de tomar aire fresco.
-¿No es increíble cómo de la nada puedes conocer a alguien con una historia distinta a la tuya?
-Bueno… si no fuera por mí probablemente solo nos hubiéramos quedado en mirarnos.
-Pues, en ese caso yo estaría arrepentida de no haberte dirigido la palabra… -Sus ojos miraron mis labios y con lentitud acercó su rostro, mi corazón se acelera, cuando estuvimos muy cerca cerramos los ojos y nos besamos lentamente. Su respiración se agitaba, como por inercia, juntamos nuestros cuerpos. Yo la agarraba de la espalda, ella de mi cuello. Podía sentir sus senos, redondos y tiesos pegándose en mi pecho. Nos detuvimos para respirar. Sus labios estaban ahora más rojos y brillantes. Sus ojos aún más grandes. Sonrió y dijo:
-Vaya, que bien se ha sentido.
-Besas muy bien.
Nos besamos de nuevo, esta vez con más ganas. Ella se sentó en mis piernas, pude sentir sus nalgas ahora. Su cartera cayó, haciendo un ruido sordo. No nos importó. Solo quería desnudarla y besarla por todos lados. No aguanté más, llevé mi mano derecha hacía uno de sus senos, era grande y redondo, no entraba en mi palma. Lo masajeé suave y en círculos. Ella me ...