1. Luis, Jacobo y un verano 10 Arriesgando


    Fecha: 29/07/2019, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... introdujo la verga de un empujón de sus patas traseras, se movió varias veces entrando y saliendo un poco y se puso rígido agitando la cola arriba y abajo, su eyaculación era inminente. Algo le debió de suceder a la hembra y se movió haciendo que la verga saliera frustrando la monta, la verga del caballo rígida aún, dura y fiera, escupía el esperma a chorros que caían en regueros al suelo levantando nubes de polvo. El garañón se quedó tranquilo, e igual que su verga se le empinó en segundos, también se le encogió en el mismo tiempo. Hilos de esperma resbalaban desde la vulva de la yegua hasta los cascos de sus pezuñas y el suelo. Había sido muy corto el tiempo de la cópula pero electrizante y soberbio el apareamiento de las bestias. -Es una pena, después de tanto esfuerzo no habrá conseguido preñarla. –nos giramos hacia Julio que había hablado, estaba un poco doblado sobre sí y con su mano sobre la entrepierna. -Puedes ir tú y ayudarle en su labor, la hembra ya está dispuesta. –Jacobo volvía a avergonzar a Julio con sus comentarios, más aún cuando éste vio como me indicaba el bulto de su entrepierna. Bruno no habló pero soltó una pequeña colleja a su hermano. -¡Por favor! ¡Por favor! Jacobo, deja ya a Julio. –sujeté la mano de mi primo para llevarle conmigo. -Es solamente una broma, yo mismo me he excitado viendo a los brutos follando. –se desprendió de mi y avanzó hasta el lugar donde estaba atada su yegua. -Gracias Luis, se que era una broma de tu primo. –al fin me había ...
    ... hablado, y para darme las gracias, con ese timbre de voz tan varonil, ronca y profunda que me hechizaba. Pero no hubo más, tampoco me ayudó a subir a lomos de Laila. El viaje de vuelta lo hicimos despacio, no había prisas, yo pensaba en el motivo por que el abuelo había querido que viéramos la monta, realmente no llegaba a adivinarlo. También pensaba en Julio, mi cabeza se había enfriado y ahora podía razonar, ver las cosas como eran aunque no me gustaran. Primero: Julio no me iba a decir que me quería, porque así era, yo sí que le quería él, creo que le amaba, nunca había sentido lo mismo por otro chico. Él simplemente me follaba, como mi primo Bruno, los dos eran iguales. Segundo: No tenía derecho alguno a molestarme porque le gustaran las chicas, por que anduviera con ellas y casualmente llegara a follarlas. Me entró una gran tristeza y congoja, esa era la verdad pura y dura y así debía aceptarlo, hablaría con él, le pediría perdón por exigirle lo que no me pertenecía, no podía dejar que nuestra amistad sufriera por mi posición intransigente. Solamente el viento fue testigo de mi dolor, de las lágrimas que me resbalaban, él, al azotarme en el rostro me las secaba dejándome áspera y tirante la piel de la cara. A la noche hablé con mis primos sobre lo que los tres pensábamos, la motivación de que nos hubieran llevado a ver la unión sexual de los animales. Ninguno lo imaginábamos. Tuvimos que esperar hasta el día siguiente, durante el desayuno, para saber los motivos que tuvo ...
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