Atrapado entre gigantas segunda parte - Relatos Eróticos

Atrapado entre gigantas segunda parte

... voltear la cabeza no sabia que era, poco a poco empezó a recorrer tanto su pecho como mi cuerpo, y momentos después empecé a escuchar unos gemidos que eran de Karina, por lo que deduje que ella se estaba acariciando, al seguir acariciándose ella decía “Si con este bra, 2 tallas mas chico y esta blusa negra súper escotada que me pondré hoy, Marcos no me hace caso, buscare a alguien mas que si aprecie todo lo que tengo” y al decir esto cubrió sus pechos con sus manos y se dio un pequeño apretón, pero para mi, parecía que estaba bajo una aplanadora. Termino de acariciarse y se coloco la blusa, que era algo transparente, así que podría ver que sucedía en el exterior. En ese momento se escucho el timbre de la puerta, y ella agarro sus libros y salio corriendo para abrir a sus amigas para irse a la escuela, esa pequeña carrera fue tremenda para mi ya que sus pechos subían y bajaban con una fuerza y con una rapidez impresionante, casi al salir Karina grito “ya me voy mama, recuerda que estaré en el juego animando al equipo para la victoria y después regreso para la despedida” al escuchar que ella animaría al equipo, comprendí enseguida lo peligrosa de mi posición, ella era porrista. Al cerrar la puerta saludo a su amiga y juntas corrieron para llegar al carro de ella y dirigirse a la escuela. Con tanto movimiento y tanta presión sobre mi no soporte mas y me desmaye. El bullicio de mucha gente me despertó, yo creí estar en mi cómoda y mullida cama por lo suave de la superficie, ...

... pero al sentir una gran presión sobre mi, recordé en donde me encontraba, atrapado en el pecho derecho de Karina, la hija de Evelyn, amiga de mi prima y gran amor Carmen. Hacia mucho tiempo que no entraba a ninguna escuela, y nunca creí que regresaría en la forma en que me encuentro. Ver el mundo escolar desde la perspectiva femenina era algo extremadamente nuevo e intrigante para mi. Pero antes de entrar a la escuela vi muy de cerca la muerte, ya que Karina se reencontró con Miriam, una amiga que, por lo que alcanzaba a escuchar, había dejado la escuela por unas 3 semanas, y ya se imaginaran lo que sucedió al volverse a ver, gritaron, brincaron, corrieron y SE ABRAZARON. Miriam, por lo que pude ver a través de las telas que me atrapaban, es una chica menudita como de 1. 60 metros de altura, blanca, cabello rubio a la mitad de la espalda, delgada, y unos pechos que para su estatura y complexión, resaltaban enormemente, yo creo que son 34C, y los ocultaba debajo de un pequeño top blanco, que parecía estar a punto de reventar. Los brincos y la corrida como ya estaba un poco acostumbrado a eso no me fue tan difícil de soportar, pero un abrazo en donde 2 montañas de carne tan grandes como el monte Everest chocan y ejercen una tremenda presión una sobre la otra, es algo tan aterrador y mortal, y mas si tu estas en medio de ellas. Los pechos 34D de Karina y los 34C de Miriam se encontraron tan de repente y con tanta fuerza que creí que moriría aplastado y que cada una de ellas se ...