1. ME BAJARON EL PANT Y NO TRAÍA...


    Fecha: 31/07/2019, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola, soy Tere tengo 21 años y con mi familia vivimos en una colonia popular, yo estudio el quinto semestre de sicología en la UNAM.
    
    Hace como un año mi madre y yo fuimos a la mueblería de unos españoles a comprar una alacena, y mientras mi madre escogía alguna, yo me detuve a ver un tocadorcito que me gustó, curiosamente abrí los cajones me incliné para verme bien en el esjejo, cuando por el reflejo del mismo espejo pude ver una mano por debajo de una especie de librero.
    
    Inmediatamente me puse de pie y llevé mis manos a la parte trasera de mi faldita de mezclilla, pero como con mini falda sí me pongo calzón, ese día llevaba uno azul claro de nylon, y al darme la vuelta para ver quién era el chistoso, vi que estaban 2 jóvenes hijos del dueño español, el más alto como de 1.75 calculo tendría unos 25 años, y el otro un poco más bajo como de 18 años, de tez blanca y pelo castaño claro, atractivos de verdad que en lugar de ofendida me sentí alabada que alguno de los 2 me hubiera fotografíado el trasero con el celular.
    
    Los días sábado yo voy por el mandado al mercado o a la panadería, pues mi hermana menor siempre está al pendiente de su novio, yo aunque tengo amigos no tengo relaciones formales por el estudio, aunque mi virginidad la entregué con mi primer novio cuando yo tenía 16 años, por eso comprendo a mi hermana, y trato de ayudar a mi madre en lo que pueda.
    
    Para ir al mercado me voy por la calle donde está la mueblería de los españoles, y desde que ...
    ... sabía que me tenían en su celular agachada con mi faldita y mi calzocito azul super ajustado a la vista, eso me hacía sentir una emoción mórbida, y como por lo regular el mayor de ellos me veía pasar desde la entrada del negocio o dentro de su auto estacionado al frente... sin provocarlo yo me movía lo más sensual que podía, sintiéndo como sus ojos me desvestían hasta entrar al mercado.
    
    Por los ventanales pude ver una bicicleta fija de buen ver, y como ciertamente la mía ya estaba muy cansada, me interesé por saber el precio al contado o en abonos. Nomás entré con mi juego de pants rojo (pantalón y sudadera de manga) corta)sin braga ni sostén... y el joven aquél se puso a mis órdenes, pero conforme me dijo el precio y las condiciones, no me quitaba los ojos de encima y recorría mi cuerpo de una manera poco decente.
    
    Yo no contaba con 3 mil pesos al contado y no sé cuánto en letras, que aunque estaba bonita y maciza la bicicleta me eché para atrás y le di las gracias... fue cuando él cambió de actitud y empezó acosar
    
    Ese es el precio al contado o en abonos, claro que que usted sería diferente, solo es cosa de arreglarnos.
    
    Bueno, cuánto es lo menos al contado y lo menos en abonos.
    
    Pues lo que usted guste, nomás es cuestión que usted sea accecible conmigo ¡vamos! Me gusta mucho de ha tiempo, y si pudiéramos salir alguna parte, a lo mejor nos entenderíamos bien, tú sabes. Terminó por tutearme, eso fue lo que me mortificó y decidí salir del negocio negándome a su ...
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