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Indiscreción
Fecha: 04/08/2019, Categorías: Humorísticos Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos
... melones. No pude evitar emitir un gemido. Esto lo provocó y me arranco el sostén y ya libres mis tetas succiono desesperado uno a uno, pero sin lastimarme. Me sentí en el paraíso no podía dejar de gemir, al contacto de su lengua húmeda en mis pezones. Yo estaba enloqueciendo mis pechos siempre han sido una parte muy sensitiva. Héctor es increíble cada que me coge me hace sentir como su fuera la primera vez. De pronto parece enloquecer por mí y eso me excita y me hace perder la razón, me liberó de sus brazos, solo para poderme quitar la falda y mis calzones empapados por mi exaltada pasión, motivada a su vez por sus ardientes caricias. Su mano ansiosa frotaba mi panocha, mientras estrujaba con suavidad mis pechos. Enseguida se empezó a quitar la ropa con tanta prisa que se le atoraba ya en los pies ya en las manos. Su verga se veía enorme hinchada a más no poder. Enorme y grueso hasta me hizo apretar las piernas de deseo. Tal parece que adivino lo que había provocado en mí. Pues abrió mis piernas y de un limpio empujón me lo metió hasta el fondo. Todo su enorme pedazo de carne hinchada reposaba dentro de mí. Quería gritar de gusto hacerle saber el inmenso placer que me estaba provocando. Lo logré porque empezaron las embestidas rápidas y profundas. Sentía su punta albergarse hasta mi vientre. Sentí que mi orgasmo estaba próximo él lo notó y empujó con toda su fuerza me vine y casi me desmayé mientras el descargaba su caliente leche en mis entrañas. La inocente y cándida ...
... Rosaura se pasaba y escuchando y observando las gesticulaciones que Artemisa hacia al relatar sus experiencias. Todo esto llegó hasta ella, activando todas las terminaciones nerviosas que iban a parar a su entrepierna. ¿Cómo podría evitar ver a Héctor y contener las ganas de tirársele al cuello? Esto estaba tomando un rumbo que de ninguna manera deseaba. Héctor llegó aquel día a su casa, ella se encontraba sola, su madre había salido de compras y cuando esto sucedía no tenía hora de regreso. Todo aquello sucedió tan rápido tan increíble. Héctor esperaba encontrar a Artemisa. Pero esta había decidido acompañar a su madre. — ¡hola cuñadita! ¿Cómo estás? Rosaura contesto visiblemente nerviosa. —bien… tu ¿Cómo estás? —bien gracias, ¿Dónde está tu hermana? —fue con mamá de compras. —aah… o sea que estas solita. Rosaura asintió con una sonrisa. —Ven aquí --le susurró al oído--. No te preocupes por nada. Arrodillándose frente a ella, Héctor le quitó los zapatos, le sujetó las piernas y las acaricio ligeramente. —¿qué… es lo que haces? Lo dijo tan quedito que Héctor casi no la escuchó. Estaba nerviosa y la notaba excitada. La rodeó con sus fuertes brazos y le acarició la espalda con las palmas de sus manos, toda su piel se erizó cuando él le abrió el sostén y deslizó los tirantes en suave mimo por los brazos hasta dejarlo bajar al piso. Espera por favor no ves que me muero de vergüenza. Héctor supo entonces que su cuñada no había sido jamás tocada por un ...