1. Escuchando a mi hermana coger REAL


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... suerte, y disfrútalo. El día llegó al fin. Mamá, como siempre, se fue a trabajar y yo tenía que salir un poco después. Fui a ver a Clarisa, que ya se estaba vistiendo. Tenía una minifalda de mezclilla y una blusa muy bonita de colores estampados. —Qué guapa… —Gracias. —Ven, te voy a dar algo. La llevé a mi cuarto. Abrí un cajón y le mostré una cajita de condones que hacía meses que no usaba. La tenía sólo por precaución. —Son de sabor. Elije uno. Lo vas a necesitar. —Quiero el de uva. — Toma. Ah, y me sobra uno texturizado. Son mas ricos. —Gracias… Me miró con ojitos de cachorro. Le acaricié la cabeza. —No tengas miedo. Eres mujer. Algún día tenías que abrirte a un hombre. Disfrútalo. Estás hecha para esto. —Para coger. —Por algo Diosito te dio una vagina. —Sí… bueno, está bien. Ya debe de estar por llegar. Y llegó. Muy puntual el cabrón de su novio ya estaba en casa. Me saludó con un beso de mejilla, a Clarisa la besó en los labios. Yo ya tenía mis cosas listas para salir. —Los veré al rato. Mi hermana me echó una última mirada y yo le levanté el pulgar. Luego me fui. No obstante, las inclemencias del mal tiempo hicieron que volviera a casa un poco antes. Calculé que Clarisa ya habría terminado. Tampoco contestaba al móvil y pues… una se preocupa, claro. No obstante cuando entré a casa había, en su cuarto, una suave música, así que pensé en que tal vez todavía estaría en pleno acto. Salí al jardín para recoger la ropa tendida antes de que la lluvia cayera, y fue entonces que ...
    ... Clarisa me habló desde su ventana, en el segundo piso. Estaba desnuda, sólo le cubría la manta de la cama. Y estaba despeinada. No vi mucho. Rápidamente gritó. —¡Dijo mamá que contestes el teléfono! ¡Quiere hablar contigo! Claro, pensé. A mamá si le contestas pero a mí no. Entré, respondí. Madre quería que fuera a buscar unos papeles con una señora que vivía cerca de nosotras, así que me acerqué al cuarto de Clarisa para decirle que ya me iba. La música ya no sonaba. —Ay… ay… mmm… Eso se escuchaba. El color de la cara se me puso rojo. ¡Oía los gemidos de mi hermanita! Pegué mas la oreja a la puerta. —Sí, sí… sí… más papito más… Me aguanté las risas. Los sonidos llegaban un poco apagados. También percibía el “plap plap plap” de los cuerpos chocando, y el crujir chilloso de la cama. Se estaba armando una buena fiesta allí dentro. La voz de Clarisa era… dulce y hermosa. Por el ritmo al que sonaba, la estaban taladrando de verdad, a una buena velocidad. —Abre mis nalgas —escuché que pedía. A esos momentos ya no podía marcharme aunque quisiera. No es que yo fuera una espía, y tampoco soy de excitarme fácilmente, pero ¡¿Quién no lo hace con esos sonidos?! El morbo, la complicidad… la inocencia de mi hermana, el saber que estaba convirtiéndose en mujer mientras le penetraban todo el coño…. me dejé llevar. Lo siento, Clarisa. Me senté con la oreja pegada a la pared y metí las manos dentro de mis shorts. Mi vagina estaba húmeda. Como todos los que habrán leído mis relatos, sabrán que ...
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