1. Mi tío me dio la leche del desayuno por el culo


    Fecha: 01/09/2017, Categorías: Incesto Autor: ManuelaDi, Fuente: CuentoRelatos

    Mi tío es mi debilidad llegó una mañana a desayunar justo antes de yo salir al trabajo, y la pasamos muy bien se la comí toda y luego le di lo que vino a buscar un culito duro donde poner su verga y descargar su leche.
    
    La mañana me llegó de sorpresa, mi tío en sus manos trajo unas donas para el desayuno y ni bien atravesar la puerta me arrodille frente a él para ordeñarlo todo con mi boca y recibir la primera lechita del día. (La primera parte se la conté en "Mi tío llegó con donas y me dio su leche en toda mi boca").
    
    Ya más cómodos continuamos con el desayuno.
    
    —Manuela ya está pronto el café —me grita desde la cocina.
    
    —Tío me terminó de secar y voy —contesté desde el baño terminado de tomar una duchita para refrescarme y limpiar el semen de mi mejilla y cuello que me dejó su acabado en mi boca minutos antes.
    
    Envuelta en mi bata blanca cortita y sin nada debajo, descalza fui a la cocina por mis donas y café, porque estaba dispuesta a complacer a mi tío con lo que vino a buscar y tanto me gusta de él.
    
    En la cocina me esperaba, me beso ya fue ahí, puse mi mano en su paquete y estaba duro:
    
    —Tienes un bulto en la entrepierna, no soy doctora, pero si una enfermera obediente, me deja revísalo señor —le dije con vocecita de tonta y le comencé a desabrochar.
    
    —El problema es usted señorita, que me la deja bien dura cuando se pone esa bata y llega con su pelito mojado, mírela de cerca por favor —me dice sosteniendo mi cabeza para llevármela a su ...
    ... verga.
    
    —Déjeme ver qué tiene, voy a tomarle la temperatura con mi boca —y puse mi boca nuevamente en su verga que ya estaba dura y con fluido seminal en la punta.
    
    Me atore con su verga que entraba y salía de mi boca al tiempo que con mi mano la jalaba fuerte, mirándole a los ojos como disfrutaba de mí y su pene cada vez más duro, así estuve disfrutándole todo, besando sus testículos gordos.
    
    Me detuvo, me alzó del piso y lentamente besando mi cuello y deslizando sus manos sobre misa hombros quitó mi bata cayendo al suelo. Me apoyo en la mesa de la cocina, comenzó a comer y sobar mis pechos, en forma tierna y perversa como solo él sabe hacerlo. Mis pezones se erizaron y el calor ya me invadía el cuerpo, mientras besaba de mis pechos una de sus manos frotaba mi pepa.
    
    Siguió bajando con sus besos por mi panza, mi cintura divinamente y me alzó sentándome en la mesada, le abrí mis piernas y sus labios supieron que hacer con mi pepita, su lengua larga me puso ardiente disfrute de su experiencia comiéndola la toda.
    
    No podía dejarlo no quería que abandonaran sus besos mi sexo, me mantenía al borde de llegar en su boca.
    
    Se paró y sin más la acomodo y me penetró, enrolle mis piernas en el para recibir sus profundas embestidas, que sentí como extendían las paredes de mi vagina, y yo no paraba de gemir y gritarle que no se detuviera, lo hacía divino y me sacó un delicioso orgasmo me moje toda y continuó, no pensaba detenerse.
    
    Al oído le dije —tengo la colita lista para que me la ...
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