Lula llena
Fecha: 11/08/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... más corta de lo que cabría esperar en una mujer de su edad, destacaban más su belleza y la elegancia de sus líneas tal vez ligeramente distorsionadas por el paso de los años; los zapatos de tacón abiertos mejoraban su silueta al convertirla en mucho más estilizada. Tras las presentaciones comenzaron, sin recato, a hablar de ellos mismos. Supo que se llamaba Carmen; que era una mujer casada, aburrida de su vida monótona; que tenía un hijo de catorce años, la razón de su vida, lo que había evitado, en última instancia, separarse de su esposo; le dijo también que aquella noche estaba sola en la ciudad ya que su marido se había ausentado por motivos de trabajo y que su hijo se encontraba en un campamento de verano; que estaba harta de estar sola en casa y que aquel calor insoportable no le permitía dormir. Pasearon durante un rato. Aquella mujer se había convertido en toda una tentación para él; sintió que la deseaba, que se sentía fuertemente atraído por ella. De forma intencionada él puso rumbo hacia su hotel con el fin último de invitarla a su habitación y con ella disfrutar de una noche de sexo sin paliativos. Sin embargo no fue necesario. - He salido a buscar una aventura ¿sabes? - dijo ella sin casi inmutarse -. El la miró fijamente y sonrió; luego ella prosiguió. - Hace tiempo que deseo visitar uno de esos locales, ya sabes ¿no? Es una de mis fantasías. Sabía perfectamente a lo que se refería. Solo en dos ocasiones había visitado uno de esos locales de ambiente liberal ...
... donde todo está permitido y lo había hecho, en otra ciudad, acompañando a una mujer que había conocido en un chat de la red. - No es mala idea - respondió él - sin embargo, no conozco ninguno, así que malamente puedo servirte de "cicerone". - No importa - replicó ella - una amiga me ha hablado de uno que está muy bien, si te apetece podemos ir allí a tomar una copa. No hubo más palabras, pararon un taxi que cruzaba la avenida por la que paseaban y pusieron rumbo a la calle donde estaba ubicado el local y que conocía perfectamente el taxista a tenor de su impertinente pregunta: - Van ustedes a "Bijou" ¿no? Ella respondió afirmativamente y aquel hombre de no más de treinta años que no dejó de observarla por el espejo retrovisor del coche los condujo hasta la puerta. Durante el trayecto glosó las buenas instalaciones del local, el ambiente y el trato esmerado de sus empleados, así como indicó que eran muchas las parejas que frecuentaban aquel local al que él mismo había acudido en alguna ocasión. En la puerta de entrada al establecimiento, iluminada con una luz de bastantes vatios, un hombre de fuerte complexión les dio las buenas noches franqueándoles el acceso. Una vez traspasado el umbral una joven minifaldera, de aspecto sudamericano, les explicó brevemente las normas del local, además de hacer efectivo el coste del tique de entrada; igualmente les facilitó una llave para la taquilla en la que podrían guardar sus enseres personales caso de acceder a la zona de parejas. El local ...