1. Lula llena


    Fecha: 11/08/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... Fuera, en la puerta, varios mirones se concentraron para ver el espectáculo y regocijarse con aquel polvo como jamás habían visto. Fue el turno de los tres que quedaban. Cerraron la puerta con el fin de que no entrase nadie más, incluso quisieron hacerlo salir a él, sin embargo ella lo impidió al indicarles que era quien la acompañaba. Detuvieron por un momento el juego. Ella pidió su copa y bebió un largo sorbo sin dejar de mirarlo a él. Entretanto, los tres individuos que esperaban no dejaron de tocar todo su cuerpo, acariciándolo, magreándolo, lamiendo todos y cada uno de sus recovecos. Como puestos de acuerdo la mandaron arrodillar ante ellos con el fin de que, de forma alternativa, mamase sus pollas para ponerlas otra vez en erección; así hizo. Sucesivamente uno y luego otro, todos fueron metiendo sus pollas en su boca que mamó durante un buen rato hasta que las tres estuvieron nuevamente erectas y desafiantes. Luego, uno de ellos le dio la vuelta y con su lengua y sus dedos comenzó a trabajar su ano para dilatarlo, los otros por su parte seguían tocando sus pechos y su cuerpo. Una vez el individuo aquel creyó que estaba lo suficientemente abierta y dilatada se tumbo boca arriba colocándola sobre él mientras la penetraba analmente, primero suavemente y después con una fuerza inusitada; ella gimió, tal vez de dolor, tal vez de ...
    ... placer. Una vez penetrada por su ano, otro de aquellos hombres se tumbó sobre ella mientras su pene se introducía en su vagina; por su parte, el mayor de todos, un tipo de más de sesenta años, comenzó a follarle la boca. Aquello duró el tiempo que tardaron en correrse tanto ellos como ella, produciéndoles a todos un orgasmo brutal; sucesivamente, uno tras otro, fueron cubriendo su cuerpo con la leche que salía de sus pollas mientras ella con sus manos la extendía de forma deliberada sobre sus pechos y pezones. El hombre de mayor edad sin poder contenerse se corrió sobre su cara tapando con aquel semen blanco, pastoso y abundante una buena parte de su rostro y boca. Al final, los tres individuos cayeron, junto a ella rendidos sobre el sofá. El la cogió de una mano, ofreciéndole su toalla para que se limpiase. Luego, los dos, ante las protestas de aquellos individuos que deseaban más, abandonaron el reservado camino de la ducha donde ambos dejaron que sus cuerpos fueran acariciados por una agua tibia y reconfortante. Se vistieron y se besaron con una pasión que pareció ilimitada y juntos salieron de aquel local. Fuera, ella volvió a besarlo y antes de coger un taxi le entregó un trozo de papel con su número de móvil. - ¡Llámame, por favor! Fuera, cortejando la noche, aquella luna llena de rostro empolvado, brillaba con más fuerza. Oscarvilla. 
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