1. Campamento Parte 6


    Fecha: 14/08/2019, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... hasta dejarme completamente desnudo, con mi pene al aire, erecto, mirando hacia el cielo. Entonces Raúl lo sujetó con sus manos y empezó masturbarlo con firmeza, provocándome espasmo de placer que hacían retorcer mi cuerpo. No podía negar que me gustaba más tener un pene adentro de mi culo que cualquier otra cosa, pero también disfrutaba mucho cuando mi pene recibía algo de atención. Raúl me dedicó una mirada picara y luego se metió todo mi pene en su boca, chocando su rostro barbudo contra mi pelvis y haciendo que mi cuerpo se retorciera de placer. Aquel hermoso hombre no solo era un dios cuando se trataba de jugar con mi ano, también lo era chupando mi pene. Por un largo rato vi sus labios subir y bajar por mi tronco, disfrutando cada segundo de placer que me producían sus lamidas. Entonces Raúl sujetó con ambas manos mis piernas y las levantó en el aire, sin dejar de chuparme el pene. Luego empezó a bajar por mis testículos, lamiendo cada rincón de ellos, siguiendo la ruta hasta llegar a mi ano, provocándome un gemido sonoro cuando su lengua rozó mi agujero. Con mis piernas en el aire, Raúl empezó a comerme el culo nuevamente, subiendo hasta mis testículos y mi pene y luego bajando nuevamente. Era increíble todo el placer que aquel hombre podía darme usando sólo su boca, no podía ni imaginar todo lo que podía hacer con aquel enorme pedazo de carne que tenía entre sus piernas. Luego de un largo rato de tenerme en las nubes con sus lamidas, dejó caer mis piernas y se acostó ...
    ... junto a mí a recuperar el aliento, entonces aproveché el momento y me subí sobre él, como si fuera a cabalgarlo y luego empecé a recorrer con mis labios su pecho fuerte y velludo, pasando mi lengua por todas partes, mientras iba bajando hasta mi objetivo. Esta vez Raúl no intentó detenerme y por fin tuve todo aquel enorme pene a mi disposición. Emocionado, lo sujeté con ambas manos y empecé a masturbarlo suavemente, aumentando la firmeza y la velocidad a medida que me acostumbraba a su tamaño. Ardiendo de calentura, coloqué mis labios sobre la cabecita y pasé la lengua por la abertura de su glande, saboreando sus líquidos y probando por primera vez su sabor. Luego empecé a lamer el tronco, estirando mi lengua y recorriéndolo de arriba abajo, mientras lo miraba fijamente a los ojos. Con mucha dificultad metí su pene en mi boca y empecé a chupar como pude, subiendo y bajando mis labios, tratando de tragármela por completo pero era imposible. Mi garganta no era lo suficientemente grande para tragarse un espécimen como ese. Por un largo rato se la chupé y lamí, bajando por sus testículos y jugando con ellos, humedeciendo cada centímetro de su entrepierna con mi saliva, preparando el camino para lo que se venía. ―Métemela ―le dije y pude ver la lujuria en sus ojos. ―¿Estás seguro? ―preguntó algo preocupado. ―Sí ―contesté firme. Entonces Raúl se incorporó y sacó un lubricante y un par de condones de su gaveta y de inmediato se puso uno. ―Échate boca abajo y trata de relajarte ―me ...