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Campamento Parte 6
Fecha: 14/08/2019, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues
... ordenó. Con muchos nervios me recosté sobre la cama y coloqué mi cara contra la almohada, tratando de buscar algo que morder para cuando el dolor empezara. Raúl me llenó el ano de lubricante y empezó a dilatarme, metiendo primero un dedo, luego dos y tres, hasta que dejé de sentir molestia. Luego se recostó sobre mí y pude sentir la enorme cabeza de su pene apretando la entrada de mi ano. ―Relájate ―susurró y luego colocó su mano en mi boca, entre mis dientes para que la mordiera. Entonces la enorme cabeza empezó a hacer presión contra mi ano y los primeros dos centímetros forzaron su entrada. Mi cuerpo se estremeció por el dolor y solté un grito exagerado. ―¡Me duele! ¡Sácala! ―le supliqué y de inmediato la saco. El dolor punzante en mi ano me dejó en silencio por un rato, mientras intentaba calmarme. ―Lo siento ―dijo, con un rostro arrepentimiento, como si hubiera hecho algo malo―, será mejor que lo dejemos allí. ―No ―contesté de inmediato―, no voy a darme por vencido. Sin esperar su respuesta, tomé a Raúl de su brazo y lo jalé hacia la cama, haciéndolo que se recueste boca arriba, dejando su pene alzado, mirando al cielo como un asta de bandera. Entonces me llené nuevamente de lubricante el culo y me puse de pie sobre su pene, con una pierna a cada lado de su cuerpo. ―Déjame moverme a mí ―le ordené Con algo de miedo empecé a descender hasta que su pene estuvo de nuevo en la entrada de mi culo, y luego le lancé una mirada de advertencia, para recordarle que no debía ...
... moverse. Con suma lentitud y cuidado empecé a descender sobre aquel enorme pene, sintiéndolo como presionaba contra mi agujero hasta lograr entrar nuevamente. Apenas sentí el dolor me quedé quieto, decidido a no dejarme vencer esta vez. Poco a poco el dolor fue pasando y continué descendiendo. Era excitante ver mi reflejo en aquellos espejos a mi alrededor. Allí estaba yo, completamente desnudo, subido sobre aquel hermoso hombre, con su pene desapareciendo entre mis nalgas. Me tomó varios minutos pero por fin pude sentir sus vellos púbicos rozando mis nalgas. ―¿Entró toda? ―pregunté con los ojos cerrados. ―Sí ―lo escuché suspirar. Por un par de minutos más me quedé quieto, mientras mi recto se acostumbraba a aquel tamaño y el dolor empezaba a desaparecer. Entonces empecé a subir y abajar con lentitud, sintiendo como su duro pene me taladraba por dentro, haciéndome sentir más lleno que nunca. Raúl sujetó con sus manos mis nalgas y empezó a dirigir mis sentadas, apretándolas cada vez que su pene entraba por completo en mi culo. Sin dar cuenta mi ano fue acostumbrándose a su tamaño y pronto empecé a cabalgar sobre él sin sentir dolor, solo un enorme y embriagador placer. Entonces Raúl me tumbó sobre la cama, sin sacarme su pene y me puso en cuatro patas, sujetando con ambas manos mi cintura. Nunca había sentido una sensación como esa. Ser penetrado con un pene tan grande era otra cosa, otro nivel de placer y dolor. Una combinación extasiante. Raúl empezó a embestirme con fuerza, ...