1. De tía con experiencia a esclava sexual


    Fecha: 17/08/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Ulpidio_Vega, Fuente: CuentoRelatos

    ... fue mi sobrino el que me puso en caja: “Joaquín -le dijo al que me sobaba las tetas- traé la camarita”. Me negué con la cabeza, le pedí por favor que no lo hiciera que ya bastante tenía. Pero no me hizo caso. “Si la tía putita no se quiere hacer famosa en internet va a tener que hacer lo que le digamos”.
    
    Se levantó de las cuclillas en las que estaba para penetrarme por atrás y puso la pija en mi boca, chocándola con la de su amigo. “A la tía putita le gusta la leche”, le dijo al amigo y se cercioró de que el otro estuviera filmando. “Ahora quiero ver cómo me la tomás toda, tía putita” y me llenó la cara de leche tibia. “Limpiala con la lengua, putita, no quiero que quede nada”, me ordenó. Yo a esa altura era su putita y su esclava.
    
    Yo olía a semen, estaba transpirada y con las piernas flojas. Desnuda tirada en el living de mi casa con tres adolescentes calientes dispuestos a cogerme hasta que tuvieran ganas. Yo nada iba a poder hacer. “Sería una lástima que esos videos se viralizaran”, me amenazó. Yo todavía sentía la mezcla de sabores de semen en mi boca y hacía presión con la lengua en el paladar para degustarla hasta el final.
    
    Mi sobrino me pidió que me levantara y que fuéramos par el cuarto. Mientras subíamos la escalera me metió un dedo en el ano, hasta el fondo que me hizo estremecer. No pude contener el suspiro y eso lo envalentonó un poco más. “A la tía putita le gusta que le rompan el orto”, les avisó a sus amigos que veían como me retorcía de placer con el ...
    ... dedo en el culo, un dedo que tenía el tamaño de una pija.
    
    Cuando llegamos se sentó en el borde de la cama y me obligó de nuevo a arrodillarme. “Haceme una turca”; me dijo. Acá le decimos turca a meter una pija entre las tetas. Tenía los pechos hinchados con tanta excitación y se la chupé un poco para que se deslizara mejor entre mis senos. El mas gordito seguía filmando con una mano y con la otra se acariciaba el miembro y el otro me metió uno de sus dedos en el culo y me preguntó: “¿Puedo meterle la pija por acá, señora?”.
    
    Asentí con la cabeza mientras seguía mamándosela y haciéndole una turca a mi sobrino. Sentí como era penetrada por el culo. Era el que tenía la pija corta pero ancha, me hizo ver las estrellas porque lo metió con torpeza y era demasiado gruesa. Los jugos de mi sobrino en la boca y los pellizcones que a cada rato me daba en los pezones me hicieron ponerme más puta todavía. “Más fuerte, por el culo hay que coger bien fuerte”, le dije sin importarme tres carajos que hubiese quedado escrachada con la cámara. Si ese iba a ser el polvo previo al gran escándalo, por lo menos lo iba a disfrutar.
    
    Mi sobrino se acostó en la cama, con las piernas a un costado de la cama. “Montame tía putita”, me dijo mientras con sus manotas me colocaba casi sin esfuerzo arriba de su pija. Quedé como abrazada porque el otro se colocó atrás y me la metió hasta el fondo del culo de un solo empujón. Yo estaba en éxtasis. Nunca en mi vida había sido penetrada por dos pijas y era ...
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