Fantasía cumplida: Mi esposa probó a dos negros
Fecha: 24/08/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... pues el es muy alto y quedé frente a un tórax de pura fibra cubierto por una maraña de vellos. No pude evitar la tentación de acariciar ese pecho y frotar mis manos y luego mi cara restregándome contra el como si fuera una perrita mimosa . Sacar el pantalón ya fue una tarea más fácil junto al par de mocasines quedándose solo en calcetines y un boxer blanco que contrastaba totalmente con su color de piel. Ahora venía el plato fuerte. Sentí una corriente eléctrica al mirar fijamente ese bulto, tremendo bulto, que escondido en ese boxer me invitaba a descubrirlo. Copiándome de lo que hizo el negro, me arrodillé y se lo bajé totalmente hasta el suelo. A unos diez centímetros de mi cara estaba un monstruo colgando sobre unos prominentes y redondos testículos, grueso, muy grueso, y con una cabeza que parecía un hongo que se mostraba mas gruesa que el diámetro del pene. Los vellos púbicos también eran abundantes. Se diría que este negro era un oso pues tenía pelos por todos lados. No sé, pero por primera vez en mi vida descubrí que un cuerpo lleno de pelos me excitaba muchísimo. Mi cabecita ya no pensaba ni razonaba, como un robot mis labios se abrieron , mi boca se lleno de saliva, mi vagina se volvió a lubricar y mis manos se aferraron a este hermoso y riquísimo manjar que estaba a mi disposición y de la que en esos momentos yo era la dueña. Mi boca se tuvo que esforzar para abrirse y embullirse esa cabezota y un poquito más de pene. En realidad me hubiera gustado comérmelo todo ...
... pero eso era imposible. Era largo y grueso y conforme lo mamaba se iba poniendo rígido con lo cual tenía que contentarme con saborear esa cabeza rica y esos testículos sabrosos pero pasando mi lengua a lo largo de esos 20 centímetros que parecían 50. Se dejó mamar todo lo que yo quise y luego me puso de pie y me cargó en sus fuertes brazos como si fuera una bebé. Me posó suavemente sobre la cama y se acostó sobre mi cuerpo. Nuevamente sentí la corriente eléctrica en todo mi cuerpo a frotarme con sus vellos. Me miró muy cerquita a mi cara y mis ojos ya no veían a un negro tosco de labios gruesos. Ahora lo veía lindo, y mis labios entreabiertos suplicaban un beso. Más que besos era un succionador que me comía los labios, la boca, mi lengua. Me ahogaba, me quitaba la respiración y cuando parecía que me desmayaba, me dejaba espacio para respirar y gozar de esta nueva experiencia. Y es cierto, era nuevo para mi. Yo nunca había besado a un hombre con esos labios tan abultados y carnosos. Al mismo tiempo sentí su tremendo bulto frotándose sobre mis piernas y mi vagina. Sin dejar de besarme me abrió las piernas . Eso significaba que se aproximaba la introducción. Dejé de gemir y gritar cerrando los ojos como un condenado a muerte que espera el sablazo que le dará fin. Y si fue un sable, pero no cortaba, no mataba, no tenía filo, no me hacía daño. Empecé a sentir que ese monstruo se adentraba en mi vagina poco a poco copando todo mi interior. Tuve miedo que no lo pudiera resistir, más ...