Fantasía cumplida: Mi esposa probó a dos negros
Fecha: 24/08/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... y apareció el negro con ropa distinta y me dijo: - los espero en el bar del hotel. Pasa y ayúdale a vestirse. No se olviden de cerrar la puerta. Pasé, y allí estaba ella, tendida boca arriba completamente desnuda, los ojos cerrados, una mueca de satisfacción en su boca pues parecía sonriente y con los brazos y piernas abiertos en forma de aspa. Me senté a su lado, la acaricié y le di un suave beso en la frente. Ella entreabrió los ojos y me dijo: - Estoy extenuada, casi muerta , este negro es de otro planeta, fabuloso, extraordinario. Tenías razón, el plan B funcionó, sigo pensando que los negros son buenos. Desnúdate y acuéstate a mi lado quiero contártelo todo. " Antes que nada quiero que toques mi cosita y la sentirás completamente mojada, inundada, no porque siga caliente o con ganas, sino porque estoy llena de toda la leche que me dejo el negro. No podría enamorarme pero si volverme adicta pues es maravilloso. Hice eso, puse mi dedo medio en su vagina y comprobé que realmente la tenía llena de semen y que poco a poco iba discurriendo hacia afuera mojando las nalgas y llegando incluso hasta el mismo ano. Continua, le dije. "Nada más cerrar la puerta me dijo: ahora vas a saber lo que es tirarte un buen polvo. Mi compañero no creo que te haya hecho sentir lo que sentirás conmigo. vaya, dije para mi, este negro me ha salido vanidoso y presumido. Nos paramos frente a frente al costado de la cama y me dijo que no me moviera porque el me iba a quitar la ropa. Así fue, una a ...
... una me iba sacando mis prendas de vestir, yo solo facilitaba con mis movimientos para que el lograra su objetivo. Al final me quede solo con mi diminuta tanga. Se arrodilló y la bajó suavemente hasta mis rodillas. Yo simplemente junté bien mis pies y la tanga cayó hasta el suelo y abrí mis piernas para que viera mi conchita ansiosa de sexo. Me acarició los bordes de mi vagina con sus dedos y entreabrió mis labios vaginales y puso su lengua, tremenda lengua, en mi clítoris con movimientos de abajo hacia arriba y en el acto sentí un placer intenso que me hizo cerrar los ojos y menear mis nalgas como si fuera un baile hindú. Luego mis pequeños quejidos se fueron acrecentando hasta convertirse en gritos al sentir como me abrió más mi vagina y su lengua dura y recta como un pene se introdujo dentro de mi. Puse mis manos sobre su cabeza acariciando esos cabellos crespos y empujando su cabeza hacia mi como si quisiera que no solo entrara su lengua sino hasta su cabeza completa. Sus manos ahora me apretaban las nalgas y su lengua seguía perforando mi vagina . Uno de sus dedos buscó el hueco de mi culito y lo fue metiendo haciendo movimientos circulares y lo raro era que no me dolió cuando lo hizo puesto que antes lo había lubricado con mi propio líquido que mojaba mi concha. No aguante más y sentí que se me venía un rico orgasmo que lo disfruté como nunca. Se puso de pie y me dijo: desnúdame. Temblando aun debido a mi primer orgasmo de la noche empecé a quitarle la camisa a duras penas ...