Don Braulio me monta
Fecha: 25/08/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: lulatransex, Fuente: CuentoRelatos
... tablón de madera como base y de unos cuatro cajones robustos como patas, sobre la misma habían bastante herramientas de todo tipo, lo que no sabía en ese momento era que justamente ahí me iba a abrir de gambas para hacerme el culo. Estaba mi vista fija en esa mesa, era la mesa en donde trabajaba Don Braulio que se veía desde afuera, la mesa en donde hacia sus cosas mientras me miraba cuando esperaba el colectivo. De repente sentí que me tomó de un brazo tirando mi bolso y me jaló quedándonos frente a frente, mientras me miraba fijamente a los ojos. Me acaricio con ternura una mejilla y luego el cabello pero de repente me dio la vuelta quedando de espaldas a él, me rodio con sus brazos por la cintura y me apretó contra él tratando de levantarme un poco como empujándome hacia donde estaba la mesa, me asuste y comencé a lagrimear y suplicar, al llegar a la mesa dejo de empujarme, se quedó parado allí sujetándome de mi cintura y aprisionando fuertemente mi trasero contra su pelvis, yo podía sentir claramente el bulto de su miembro en mi cola, después de unos momentos me soltó, empezó a mirarme de arriba abajo y sonriendo lujuriosamente me dijo: “Escúchame nena vos ya sabes porque estas acá así que vas a tener que portarte muy bien conmigo y obedecerme en todo, tu solo déjate llevar que yo me encargo de lo demás”. Pensé en que me había metido, pero me calme y me dispuse a hacer lo que quería.
Tomó una silla y se sentó tras de mí de modo que mi culito quedaba frente a él, ...
... comenzó a acariciar mis piernas sobre las calzas, al ver que yo no decía nada subió sus manos y acarició mis nalgas, las apretó y las estrujó, como vio que yo no oponía la menor resistencia se levantó y empezó a frotarme su pene que ya se encontraba erecto contra mi trasero, entonces bajó sus manos para acariciarme las piernas y las subió a mi entrepierna, me empezó a pajear con sus dedos sobre la lycra mientras mis primeros gemidos se hacían presente y mis piernas se abrían solo un poco más. Entonces me dijo: “¡Vaya!, te está gustando no puta, pues empezá a disfrutarlo porque a vos te tengo preparado algo muy especial ¿sabes?”. Su mano volvió atrás y empezó a acariciarme el contorno de mi cola mientras me decía:
-Perfecto, es perfecto, debes tener el culo tan estrecho como el de un maricen ¿no es así?, pues eso lo vamos a arreglar. Ya te estarás imaginando lo que te espera ¿no es cierto?, voy a romperte el culo y a convertirte en toda una puta.
Me quede perpleja por todo lo que me estaba diciendo pero igual lo quería, quería que continuara y recordé su apodo, realmente iba a dar crédito al mismo.
Mi silencio sepulcral lo motivo así que me tomo de la cabeza y me inclinó sobre la mesa y lo ajustada de mis calzas dejaba ver la marca de mi tanga, lo cual seguramente lo excitó aún más, de nuevo frotó su pene contra mi trasero, se aflojó el cinto, bajo sus pantalones y siguió frotándome con su enorme miembro que aun guardaba en sus calzoncillos, entonces se arrodilló tras de mí ...