Claudito y su tío Roque (3)
Fecha: 25/08/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
Era el mediodía cuando Claudito despertó, se dio una ducha y fue al living, donde su madre miraba televisión. Se saludaron con un beso y la señora dijo:
-Ya es tarde para que desayunes, hijo, en media hora almorzamos.
-Está bien, mamá, pero ahora me gustaría tomar un café.
-Hay en la cafetera, hijo, calentalo y listo. –le dijo su madre y apagó el televisor. Claudito se sirvió café en un pocillo y se sentó a la mesa.
Su madre, desde el sofá y con el tono más natural del mundo le preguntó:
-¿Lo pasaste bien con el tío anoche?
Claudito apenas pudo contener el temblor de la mano con la que sostenía el pocillo. Lo depositó dificultosamente en la mesa y sin atreverse a mirar a su madre balbuceó:
-¿Qué?... No… no entiendo, mamá…
-Digo si lo pasaste bien con el tío anoche en tu cuarto.
Claudito sintió que la tierra se abría bajo sus pies y deseó desaparecer en lo más profundo del abismo. Incapaz de articular palabra alguna siguió escuchando a su madre.
-Oíme, Claudito, sé desde hace tiempo que sos gay. Yo me di cuenta de cómo te miraba Roque, cómo te ponías vos con esas miradas y sospeché que a la noche iba a pasar algo, así que fingí que me iba a dormir, pero estuve vigilando. Lo vi al tío ir a tu cuarto. Pegué el oído a la puerta y escuché algunas cosas. Ya ves, hijo, que no tiene sentido negar la realidad.
El chico padecía una situación que se le hacía incontrolable ante la cual ignoraba cómo reaccionar. Permanecía inmóvil, sin probar el café, con ...
... la cabeza gacha y retorciéndose las manos, hasta que su madre le dijo:
-Bueno, querido, ya la cosa está aclarada, ¿cierto?, así que te voy a decir cómo va a seguir todo. Ustedes no necesitarán ocultarse para coger y, es más, me va a gustar estar presente.
-¡¡¡Mamá, noooo!!! –gritó Claudito desbordado por semejante revelación: su madre era una perversa. Con el llanto desbordado sus ojos, se echó hacia adelante y apoyado en la mesa dio rienda suelta a su angustia.
Su madre se acercó a él, retiró el pocillo de café y antes de ir a la cocina le dijo:
-Llorá, querido, llorá así te tranquilizás y aceptás tu situación, porque me imagino que no querrás que le cuente a la familia que tengo un hijo puto, ¿verdad?
Al oír semejante cosa, Claudito se estremeció y su llanto se hizo violento, cargado de desesperación, impotencia y angustia. Le costaba creer que su madre fuera ese ser demoníaco que se le acababa de revelar brutalmente. Su madre, la mujer que lo había parido, de cuyo pecho se había alimentado durante los primeros tramos de su vida era, en realidad, una depravada abusadora de su propio hijo.
Cuando la mujer volvió de la cocina el chico sollozaba inclinado sobre la mesa, vencido. Sara entonces lo enderezó tomándolo del pelo.
-Por favor, mamá…
-Basta, Claudito, no es para tanto. Lo verdaderamente terrible sería que yo decidiera echarte a la calle por puto. En cambio, acepto tu condición sin reprocharte nada. Deberías agradecérmelo. –dijo la mujer con un ...