Desafío de galaxias (capitulo 62)
Fecha: 26/08/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... va a ver, que soy una mujer casada.
—¡Joder! Y yo…
—Tú no, y por cierto, ¿por qué no? ya es hora, ¿sabes?
—Cuándo tú te quedes embarazada.
—Pues entonces… es posible… que tengas que ir pensando en comenzar con los preparativos.
—¿¡Cómo!?
—Que ya he tenido una falta.
—¡No jodas! —exclamó Marisol llenándola de besos— ¿y Felipe…?
—Todavía no lo sabe, y tú, no se lo vas a decir, ahora está muy liado en Petara.
—Que alegría, tía, ¿y que te gustaría: niño o niña?
—Casi preferiría niña, pero en el fondo me da igual, y yo sé que a Felipe le gustaría niño.
—¿Y has pensado ya en algún nombre?
—Todavía es pronto para eso, pero hace tiempo, Felipe y yo, decidimos, que si teníamos una niña la llamaríamos: María de la Soledad.
—¡Joder tía! —exclamó Marisol mientras se le humedecían los ojos.
—¡No! si al final vas a llorar.
—¡Joder!
En la soledad de su camarote, y a pesar de la buena noticia del embarazo de Sarita, Marisol seguía deprimida. Desnuda y sentada en el sofá, en momentos como estos, es cuándo más echa de menos a Anahis.
—«Estás sola????» —tecleó un mensaje en la tableta electrónica.
—«Si, estoy en mi dormitorio», —respondió unos segundos después.
—«No tendrás puesto ese horrible pijama q usas a mis espaldas????».
—«X supuesto».
—«Me lo temía. Cuándo regrese lo voy a quemar».
—«Si no me dejaras sola no tendría q usarlo».
¬¬—«Has mirado si lo hay con funda para la cola??? Jejeje».
¬—«Jajaja!!!!!!! m ...
... parto».
—«Quítatelo!!!!».
—«X que quieres q me lo quite????».
—«Para verte mejor», —respondió Marisol, conectando el video enlace. En la pantalla de la tableta, apareció la imagen «empijamada» de Anahis. Estaba tumbada bocabajo sobre la cama, con las piernas flexionadas hacia arriba, mientras su cola jugueteaba con la elegancia de una culebra—. ¡Joder!, si llevas hasta calcetines.
—Hola mi amor.
—Hola cariño.
—Ya me he enterado de que las cosas se han complicado…
—Por mi culpa, se han complicado por mi culpa.
—¡Eh! No quiero verte con las orejas gachas.
—La situación está muy difícil y puede derivar en una guerra civil.
—Tú lo solucionaras, como siempre, solo tienes que confiar en ti misma.
—Nena, yo no soy un puto político…
—Claro que no lo eres, ni falta que hace. Ahí abajo, lo que hay son soldados, y nadie como tu sabe conectar con ellos, no lo olvides. Sin ellos, el canciller no es nadie. ¿Me has entendido?
—No se…
—¿¡Que si me has entendido!?
—¡Sí!, te he entendido mi amor, te he entendido… ¿cuándo te vas a quitar el puto pijama?
—Ahora mismo, —respondió Anahis riendo.
—¡Y esos horribles calcetines!
—¡Vale pesada!, también me los quito, —cuándo estuvo desnuda, se arrodilló sobre la cama mostrando su esplendido cuerpo a Marisol, que recostada en el sofá comenzó a acariciarse la vagina. Con una amplia sonrisa la imito, y su mano se deslizó suave hacia la vagina, comenzando una estimulación, primero sosegada, y luego más enérgica, ...