1. Culeada por un desconocido en el eje cafetero 2


    Fecha: 28/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: caromar, Fuente: CuentoRelatos

    ... largo, grueso, lo monté, lo sentí chocar con mis labios vaginales. Placer, deseo. La contracción fue larga, casi me corro. Sentí, su glande rozándome el chocho, buscando la entrada, sabía que el placer seria inmenso.
    
    Por fin empezó a entrar, me dolió, era muy gruesa, pero me encantó. Que vergota me empezaba a taladrar, me habría como una perra en celo, me gustaba el dolo y el placer que sentía.
    
    No recuerdo cuanto duro el proceso de metérmela, solo que en un instante determinado me sentí empalada totalmente, partida en dos por ese pollón.
    
    Lo cabalgue, lo montaba muy suave, arriba, abajo, el me abría, me partía en dos, me hacía gozar, un gozo doloroso, pero muy, muy placentero.
    
    Víctor me culeaba en silencio. Disfrutaba de mis movimientos, sabía que estaba encantada con su verga, que me estaba acomodando y que más adelante el sería el que llevara la manija.
    
    Cuando me sentí abierta y llena de verga, aceleré mis movimientos. Lo cabalgue con más fuerza y más velocidad. Me corrí, no resistí el placer y exploté en un orgasmo, largo y estrepitoso.
    
    Víctor me tomo por las caderas y empezó a moverse, ahora el controlaba la penetración. Comenzó suave, recordé la mamada en la zona húmeda y pensé que pronto me destrozaría a pollazos.
    
    Lo ayudé con la penetración, le seguí el ritmo. Su verga entraba y salía “como Pedro por su casa”. Estaba abierta y chorreada. Gozaba con cada embestida, empezaba a caminar hacia el segundo orgasmo.
    
    Víctor me dejó nuevamente el control ...
    ... de la situación. Mi sentir era distinto, mi chocha se había ajustado al tamaño de la verga, ahora el dolor era mínimo, inexistente, subía y bajaba sintiendo un fuerte oleaje de placer.
    
    Empecé a hablarle, a pedirle verga, sí que me diera con esa polla rica que tenía. Que ya estaba abierta, que siguiera abriéndome, partiéndome sin miramientos.
    
    Solamente me dijo que a todas les gustaba su verga. Que cuando las abría todas gemían de placer y querían recibir y recibir.
    
    Le dije que me diera entonces como perra en celo, como una puta de alcantarilla que quería verga toda la noche.
    
    Me tomo de la cintura y me facilito mi subir y bajar sobre ese enorme trozo de carne que me comía. El placer subió de tonalidad, gemí y le hablé.
    
    Estaba en el paraíso, le confesé que era una traga vergas, que me encantaban las pollas grandes, esas que partían como la que él tenía.
    
    Acelere la cabalgada, sentía que llegaba el segundo orgasmo, y timbro el celular. El sonido me desconcentró, sentí que era lanzada a un costado, el placer de la verga saliendo de mi vagina fue enorme. Las palabras de Víctor desconcertantes: Mi mujer, vete perra, sal de aquí puta de mierda.
    
    Él se incorporó, se metió al baño, solo escuche, “mi amor estaba en la ducha”.
    
    Me vestí, cerré con cuidado y subí a la habitación.
    
    Me sentía muy abierta, cortada y con ganas de leche.
    
    Recordé a Víctor, sonreí, no sentí rabia por él. Me duche, me masturbe. me acosté, quería dormir, sentí hambre, sonó mi celular, era ...