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Matilda, guerrero del espacio (capitulo 10)
Fecha: 31/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... miles. —Interesante. Puede ser tecnología usurpada. —Eso parece. —Capitán, —dijo Ushlas—. Envían un emisario para informarnos de los términos de la rendición. Una pequeña nave auxiliar, salio de la nave extraña y se dirigió hacia el hangar principal de la Tharsis que abrió sus compuertas. Matilda se encaminó hacia allí para recibir al emisario. Un grupo de soldados tomaron posiciones en torno a la nave mientras la Princesa se colocaba detrás de Matilda. Cuando se abrió la puerta de la nave, dos mujeres salieron por ella. A pesar de la sorpresa inicial, Matilda aguantó el tipo sin mover un solo músculo. Las dos estaban desnudas y eran de color verde, aunque una era de un tono más claro. Estaban extremadamente delgadas, casi esqueléticas, pero se notaba que en tiempos fueron atractivas. Estaban unidas entre si por una cadena sujeta a sus collares metálicos. De la parte de atrás de estos, salía hacia abajo una tira de hierro donde se sujetaban los brazos con grilletes. Estaba claro que llevaban muchos años en esa posición, porque estaban atrofiados y faltos de desarrollo muscular por la inactividad. De los pezones de sus pechos, y unidos a las argollas que los perforaban, colgaban cascabeles que sonaban al más mínimo movimiento. En la cabeza, una de ellas llevaba unos auriculares de aspecto obsoleto, negros, de donde salía un micrófono. —Soy Matilda, comandante de esta flota, ¿Quiénes son ustedes? —Eso no te interesa, —dijo la de los auriculares después de ...
... percibirse un murmullo procedente de ellos—. Quiero que depositen todas las armas en este hangar… —Eso es mejor que lo hablemos en otro lugar, —cortó Matilda—. No tengo porqué hablar estas cosas delante de mis subordinados. —Muy bien, estamos de acuerdo. —Acompáñenme, —las invitó Matilda señalando la puerta con la mano. Las tres salieron del hangar y entraron en una estancia contigua. Durante casi tres cuartos de hora estuvieron en el interior. Después, salieron, regresaron a su nave y partieron hacia la nave principal. —¿Cómo ha ido todo? —preguntó con cierta ansiedad cuando se reunió con la Princesa Súm—. Esa nave es muy pequeña. —Hemos podido meter a dos, pero con mucho trabajo. La capsula no está tripulada: difícilmente esas dos mujeres hubieran podido hacerlo. —Prepáralo todo como hemos hablado. Voy a contárselo a Ushlas y a mi hermano, y vuelvo corriendo antes de que les dé un ataque. En media hora tenemos que partir. Y así fue. Después de una descomunal bronca con su hermano y Ushlas, que se oponían tajantemente a dejarla abandonar la nave, Matilda y la Princesa Súm partieron en un transbordador rumbo al planeta. Escondidos en el doble casco de la nave, seis soldados equipados con sus corazas de ambiente, viajaban con la misión de marcar todos los objetivos principales de la ciudad. Aterrizaron en un puerto junto al palacio imperial y a un anfiteatro. Rodeando a estas edificaciones, había una decena más de construcciones de grandes proporciones que ...