El Secreto del Convento
Fecha: 02/09/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... entrañas, luego sumida en una niebla, perdí el conocimiento, y a mi alrededor fueron tinieblas y frio, pero de amor y de dicha.
Cuando recobre mí sentido unas nuevas exclamaciones llenaban la estancia ¡Ladrón más que ladrón! ¡Que dicha más grande! ¡Qué bien jodes! Gemía Leo mientras el inalterable Alfred se la metía ¡Adentro nene! ¡Más adentro! ¡Ya gozo nenas! ¡Me corroooooo…! ¡Dios mío! ¡Dios mioooooo…! ¡Ya me llegaaaaaaaaaa…! ¡Ahoraaaaaa!
Dos polvos seguidos pusieron a mi primo más a tono que nunca, Lilian, Mari y mi prima Ester se prepararon para la batalla, entonces Alfred, loco de deseo se abalanzo sobre Ester ¡Alfred estás loco! Dijo mi prima, pero sin firme resistencia, yo comprendí que el pudor entre los dos ya no existía, a manotazos le arranco la blusa dejando los duros y hermosos pechos al aire, la levanto en vilo y la dejo en el sofá, deshaciendo materialmente su vestido y abriendo sus preciosos muslos busco entre el negro y rizado matorral, la llaga roja de Ester, ella la ofreció gustosa rota la resistencia, ¡y fue la lamida más ardiente más fogosa y más sádica que pude conocer! ¡Hay no mi cielo! Gemía mi prima ¡Alfred querido me matas! ¡Qué gustito! ¡Qué ganas tenia cariño! Fue una batalla que no sabíamos lo que sentían ambos, porque los gritos de Ester eran de locura ¡No sigas más! ¡Déjame mi cielo! ¡Cariñooo! Alfred dejo de lamer y colocándose los pies de mi prima sobre los hombros, luego lentamente fue inclinándose hasta pegarla en el vientre sus ...
... propios muslos, la polla nerviosa se balanceaba y su enorme longitud y gordura hicieron ver la puñalada que iba a recibir Ester, yo cogí su cabeza y la apunte entre el espeso matorral y el empujo brioso ¡Dios mío Alfred me asesinas! ¡No cielo que me matas! Vida mía que horror ¡No nene no, me estas desvirgando de nuevo! ¡Ayyy Elen, Elen! Siguió penetrando y la hizo sangrar ¡AY que honda me entra! ¡Pero que honda! ¡No sigas ya toca mi matriz, no sigas! Y por fin triunfante sobre su hermana hundió su hermosa verga hasta los cojones mezclándose los dolores y el deseo, y comenzó a cabalgarla ¡Adentro, más adentro! ¡Uy, ay, no, para! Uy cielo mi cuerpo se muere ¡Para que me corro! ¡No, no pares! ¡Cielo mío, mátame! ¡Ay qué gusto, que guuuusstoooo! ¡Ahora cielo, ahoraaaa! ¡Me viene Alfred, me vieneeeee! La saco hasta el filo y hundió de golpe ¡Aayyy! ¡Me gustaaaaaa, ya ahoraaaa! ¡Mi vida! ¡Yaaaaaa…..! ¡Me mueroooooooo!, no termino la frase acompasados a su esfuerzo los dos se corrieron al mismo tiempo, y el letargo envolvió sus cansados cuerpos sobre el sofá.
En aquel momento vi por la ventana llegar a Lolita y Anita que venían juntas del cine y un paseo después, venían como siempre hermosas con la cara sonrosada por el placer que seguramente habían tenido en sus amorosos coloquios, casi detrás de ellas vi llegar también a Juanito el jardinero, y sin pensarlo más me fui a sacar su partido para que viniese con nosotros a la fiesta, salí y llegando a su puerta llame sin obtener ...