Las aventuras del abuelo
Fecha: 03/09/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Cuando yo tenía 11 años mis padres se divorciaron. Mi madre con su sueldo no podía mantener la casa, ya que mi padre se fue del país y se desentendio de nosotros. Para mi fue un duro golpe. Nos tuvimos que mudar a casa de los abuelos, los padres de mi madre. Habernos ido de Buenos Aires a Gral. Acha, La Pampa fue un cambio tremendo. Mis abuelos tienen un campo con animales, estamos a unos veinte minutos de la ciudad. Mi madre ayudaba en las tareas de la casa, a mi abuelo con el ganado, juntaba huevos. El cambio que había dado era total, de ser una mujer de ciudad, a ser una de campo. Con sus botas de goma, sus pelos todos descuidados, su pantalón vaquero desgastado, una camisa que alguna vez fue blanca. Mi abuelo, un hombre rudo de campo, cariñoso, pero rudo, y mi abuela, una mujer gastada por el tiempo, representando mas años de los que tiene realmente. Había luz por los paneles solares, todo muy rústico, y yo pasaba el tiempo pescando en una laguna que había cerca de casa, hasta que empiece el colegio de nuevo. Una tarde noche, el abuelo le dice a mamá que lo acompañe hasta el corral, que estaba detrás del galpón donde él guarda sus herramientas. Yo quise ir, pero el abuelo no me dejó, cuando se fueron, yo me escapé por la ventana de mi dormitorio sin que la abuela se diera cuenta y fui a donde habían ido ellos. Me escondi detras de la leña, y veo a mi abuelo y a mi madre abrazados besándose. No se veía muy bien, pero creo que mi madre estaba con su camisa abierta y sus ...
... tetas al aire, como el abuelo bajaba su cabeza y escuchaba a mi madre gemir y acariciar la cabeza del abuelo, como con la poca luz que habia, mi madre se daba la vuelta bajando su pantalón y agachando su cuerpo, «haaaaa, haaaaaaa», escuchaba quejarse a mi madre con mi abuelo parado detrás de ella, yo miraba todo en silencio, «abre más tus nalgas», escucho que el abuelo le dice a mamá, «sí, las abro, pero me duele», le decia al abuelo, «carajo con tú marido que no te cogía el culo», le dice el abuelo pegando el cuerpo de mamá junto al suyo. Veía a mi abuelo moverse para adelante y para atrás y a mi madre dando fuertes quejidos. «No grites así que te van a escuchar», le dice mi abuelo, «es que me duele papá», le dijo, bajando los quejidos que daba. Así estuvieron un rato hasta que escucho al abuelo gemir fuerte y se quedaron quietos los dos bien pegados. Yo me fui corriendo para que no me vean. Al rato llegan los dos, cenamos los cuatro y nos fuimos a dormir. Al otro día noté que mi madre se sentaba en la silla incómoda, pero fue como si yo solo lo notara. El día pasó como todos los días, hasta que llegó la tarde noche y volvieron a salir y yo los seguí sin que se dieran cuenta y otra vez volvió a pasar lo mismo. «Abuelo, cuando vas a ir a pescar conmigo?», le dije, «bueno, después de comer vamos», me dijo. Terminamos de comer y le dice a mamá y a la abuela que nos íbamos a pescar. «Abuelo, que le haces a mamá cuando salen a la tarde?», le dije viendo como al abuelo le cambiaba la ...