La lasciva vida de una maestra de escuela (Parte 2)
Fecha: 05/09/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Trovo Décimo, Fuente: CuentoRelatos
... seguía erecta y esa conversación más me la endurecía, pero lo que hizo después no me dejaron dudas de que estaba dispuesta a satisfacer sus deseos pese a correr el riesgo de ser pillados por su esposo, deja caer su bata y queda completamente desnuda y dice…
-“Mi cuerpo todavía está bien proporcionado aunque no lo cuido lo suficiente, aun sus partes están en su lugar, ¿Y no querrás desperdiciar la erección tan hermosa que tienes ahora mismo?”.
-“Claro que estás muy bien Ana, y sé que puede hacer feliz a cualquier hombre”.
-“Pero yo quiero que seas tú que me haga feliz”, me dice muy resuelta, me toma de la mano y así como estaba, desnudo se dirigió a su dormitorio conyugal.
Yo aproveché de llamar a Rosa y avisarle que iba a demorar en la obra, y que iba a estar bastante ocupado en el sótano y que no me llamara. El dormitorio era hermoso, una tremenda cama y muchos muebles estilo Luís XV, muy bien decorado, todo conjugaba, por lo que pude darme cuenta parecían todo nuevo o estaban muy bien conservados. En la cama resaltaba un cubrecama blanco con unos almohadones rosados, el ambiente dentro del dormitorio muy acogedor por la calefacción central que temperaba cada pieza de la casa.
-“Ramón hazme sentir nuevamente una mujer, no me hagas quedar con estas tremendas ganas que tengo, de sentir esa verga dentro de mí, por favor compláceme y satisfáceme”.
-“Sabes que sí te voy complacer Ana y esperemos que tu marido no aparezca…”.
-“Por él no te preocupes, hasta ...
... el medio día estará ocupado…”
Comienzo a acariciar su cuerpo, sus pechos bastante abultados, duros y no estaban tan caídos, los empecé a besar muy suavemente, tan delicadamente como lo merecía ella. Comencé a profanar ese cuerpo de diosa que por más de diez años no había sido tocado como era debido por mano de hombre, ella gemía y decía que bien se sienten tus manos recorriendo mi cuerpo y tus labios tocándome y besándome, seguíamos de pie a un costado de la cama, dirijo mi boca hacía su boca y un beso apasionado estaba sellando nuestro encuentro pasional del momento, parecían que nuestras lenguas se habían trenzado en una lucha encarnizada por disfrutar la una de la otra, mientras nuestras manos las mías y las de ella recorrían y hacían su trabajo de exploración. Ella en un momento toca mi verga muy suavemente, como pidiendo permiso para tocarlo me dice…
-“¡Cuántos años que no tocaba ni tenía un cipote duro en mis manos y nunca uno tan grande como el tuyo, cuando te dije hace un rato que grande tienes tu herramienta, lo estaba diciendo de verdad ¡¿Eso lo sabes bien no Ramón?! Eres todo un semental nacido para hacer disfrutar a las mujeres tan necesitadas como yo. Toda hembra necesita un canalla y hombre formal, ¡¿Adivina quién eres tú?! ”
Yo también me animé y comencé acariciando su vagina rasurada con un aterciopelado pasto que la hacía muy apetecible para ser tocada, me introduje en su abertura entre sus labios vaginales y pude comprobar que estaban expeliendo ...