1. Fin de semana especial 2


    Fecha: 04/09/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: kimbocat, Fuente: SexoSinTabues

    ... vestido, y cada nuevo chillido tuyo la excita más y más, cada nueva marca que enrojece tu lomo o tus nalgas hacen que disimule menos su deseo. Tú sigues avanzando entre agua y fango, tus pies doloridos se hunden una y otra vez en este camino embarrado, piedras y hierbas se clavan en ellos. Finalmente deja de llover, tiramos hacia atrás la capota y seguimos disfrutando del camino y de un paisaje que ahora decora un hermoso arco iris. El sol no tarda en brillar tras la tormenta, ahora el sudor baña tu esfuerzo, toda tu piel brilla, un par de azotes te hacen correr más, apenas si puedes moverte, vas de lado a lado, agotada, exhausta, el peso de los dos es demasiado para ti, pero el cuero castigando tu piel te hace reaccionar, sacas fuerzas de donde no las hay, y avanzas entre bufidos por un camino que sigue siendo un lodazal. Tu boca babea sin cesar, empapando tu cara y tus pechos, aflojas un poco el paso, pero ahora es Luisa quien azota tu culo, le gusta golpe tus nalgas abiertas y ensartadas. Al fondo ya veo la ermita, tu también y esto te anima a seguir, resoplando, escupiendo más y más saliva por tu boca abierta, gruñendo y mordiendo tu bozal, la última subida… apenas trescientos metros, pero sin duda son los más duros, una piedra oculta bajo el fango te hace torcer el pie, casi te caes, tan solo el anclaje central, el que llena tu coño, te hace mantenerte en pie, sigues avanzando, medio cojeando, arrastrando este sulky, sonríes orgullosa mientras ves ya la zona donde ...
    ... pararemos, de pronto un tirón hacia atrás casi te caer, acabo de frenar las ruedas, le digo a Luisa que una yegua como tu, es capaz de hacerlos arrastrando este sulky frenado, las ruedas no giran, solo el esfuerzo de tus patas lo arrastra, se te hace interminable, cada paso es un infierno para tus músculos doloridos, para tu piel azotada, pero sigues avanzando, ni por un instante se te pasa por la cabeza rendirte, estoy yo, esta Luisa, y quieres demostrarnos que puedes con esto y con mucho mas. Finalmente llegamos a la ermita, suelto el freno y puedes ir hasta la zona de aparcamiento, no hay nadie. Bajamos, nos acercamos a ti, estas destrozada, agotada te quito el mordedor, por fin puedes cerrar la boca, solo un instante, al momento la vuelves a abrir, intentas sonreir y nos das las gracias relinchado orgullosa. Luisa acaricia tus pechos, hinchados por estas pinzas metalicas clavadas en ellos, luego tira de tu cola hacia arriba, le digo que apriete el mismo botón, y al instante queda suelta, tira de ella y te la saca, yo voy acariciándote el lomo, ella tambien destensa la barra con el consolador que llena tu coño, que cae al suelo, y acariciando tu cara, te digo que ya puedes mear y cagar. Tu asientes con la cabeza, y sonrojada y humillada aprietas todo lo que puedes, Luisa no pierde detalle, y tu sumisa y avergonzada notas como la orina baja por tus patas, mojándote y ensuciándote aún mas, luego aprietas los puños, los dientes, haces toda la fuerza que puedes, le digo a Luisa que ...
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