1. Confesión de un infiel (2)


    Fecha: 09/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... al niño y dejarlos acostados.
    
    No lo habíamos hablado, pero aunque sabía que Susana no iba a estar, me iba todas las tardes al apartamento, por eso me resultó sorprendente entrar en él y encontrarme a María desnuda, recogiendo cosas y limpiando el polvo. Tenía la radio puesta y no me oyó entrar.
    
    En la misma entrada me desnudé, dejando toda mi ropa en el suelo, y me acerqué a ella mientras mi polla se iba endureciendo.
    
    Aproveché que estaba ligeramente inclinada hacia adelante, para apoyar mi polla en su culo y agarrar sus tetas, acariciándolas y frotando suavemente sus pezones. Eso le produjo un ligero sobresalto por lo inesperado del momento, pero enseguida empezó a mover su culo, frotando bien mi capullo por toda la raja de su culo.
    
    Llevó su mano a mi polla y tirando ligeramente de él, me llevó a la ducha, abrió el grifo y ajustó la temperatura del agua y volvió a tirar de mí para que entrase (la ducha es muy grande, cabemos hasta tres personas) bajo el agua. Me alcanzó el jabón y puso sus manos sobre la pared. No me resultó difícil saber lo que quería.
    
    Tras mojarnos ambos y cerrar el agua, eché jabón en mis manos y lo fui extendiendo por su cuerpo. Empecé por los brazos, estirados y apoyados en la pared, recorrí sus hombros frotando suavemente, bajé por el costado hasta alcanzar sus tetas, que me encargué de enjabonar bien desde el pecho hasta el pezón y todo alrededor. Mis manos, recargadas de jabón, recorrieron su espalda hasta su culo.
    
    Embadurné sus ...
    ... cachetes y le pedí que se los abriese para enjabonar bien la raja. Me di jabón por delante y me junté a ella para enjabonar también su vientre. Mi polla resbalaba por la raja de su culo, que ella echaba hacia atrás para que la punta llegase hasta su vulva.
    
    Llevé mis manos hasta su coño, generando abundante espuma en él y con las consiguientes pasadas sobre su clítoris. Hasta entonces no habíamos dicho ni una palabra. Solo miradas y sonrisas. Pero en ese momento empezaron sus gemidos.
    
    -Mmmmmmm. Señor, ¡qué gusto me está dando!
    
    -La encuentro muy caliente, María. ¿Hace mucho que no folla?
    
    -La última vez fue con usted.
    
    Bajé mano que frotaba su coño hasta posicionarla abajo, para que en el siguiente envite le entrase ya en él, cosa que ocurrió inmediatamente.
    
    -Aaaaahhhhh
    
    Dio un buen gemido de placer cuando sintió cómo le entraba la mitad. Empujó con el culo para atrás, al tiempo que se doblaba en ángulo recto con lo que mi polla entró completamente haciendo que ella emitiese un nuevo gemido.
    
    Dejé su cuerpo para agarrar con una mano una de sus caderas y con la otra meter el pulgar en su ano, y sujetándola bien, comencé a follarla con rapidez.
    
    En algunos momentos, sus manos resbalaban sobre la pared, y era su cabeza la que frenaba mis envestidas al chocar contra las baldosas del baño.
    
    Mis huevos chocaban contra su pelvis de la fuerza con la que la penetraba. Ambos gemíamos de placer. Más ella que yo.
    
    Me incliné sobre ella para tomar sus pezones y ...
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