1. Confesión de un infiel (2)


    Fecha: 09/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... renta.
    
    Mientras tanto, lo mío seguía adelante. Los niños iban creciendo y yo los disfrutaba, más como abuelo que como padre, pero ya era mucho para mí. Y ellos me querían más como padre que como abuelo.
    
    Cuando yo tenía 55 años, Casta enfermó y murió. Fue muy rápido. No se arrepintió de la vida que me había hecho llevar, ni de los insultos, vejaciones y tergiversaciones. La acompañé en su lecho de muerte, pero no le dije una sola palabra. Ante los demás, estuve todo el tiempo a su lado, pero en realidad, murió sola.
    
    Entonces me di cuenta de que mi corazón y mi amor por ella, se habían quedado totalmente fríos.
    
    Tampoco informé a mi hija porque no sabía dónde estaba. Luego me lo echaría en cara. También siento decir que su muerte fue más una liberación que una pena.
    
    A partir de ese día, Susana venía con los niños a ver a sus padres, los dejaba un rato con ellos y subía a follar conmigo. Luego subía a los niños y estábamos un rato juntos.
    
    Cuatro años después, le surgió una oferta de trabajo con un puesto muy importante y sueldo acorde. De esas que no puedes rechazar. Yo por lo menos no lo hubiese hecho. El problema era que tenían que mudarse a otra ciudad, al otro lado del país.
    
    Cuando me lo dijeron, les aconsejé que aceptasen. No querían separarse de mi ni de los padres (sobre todo Susana) pero les convencí de que podíamos ir o venir a visitarnos cuando quisiéramos, dada la buenísima conexión entre ambas ciudades con el tren de alta ...
    ... velocidad.
    
    Primero se fue Jorge, el marido, para buscar sitio. Susana hizo varios viajes para visitar casas, colegios y comprar muebles, hasta que estuvo todo listo.
    
    Durante ese periodo no dejamos de follar, teniendo que hacerme el duro ante los lloros de Susana, que cada vez veía más cercana nuestra separación, quitando hierro al asunto y dándole ánimos diciéndole que nos veríamos a menudo.
    
    El día antes de irse, follamos en su cama de matrimonio, pero antes estuvimos jugando en la enorme bañera de hidromasaje que disponía la casa. Los niños quedaron con la abuela y nosotros tuvimos libertad para hacer lo que quisiéramos.
    
    Hicimos submarinismo entre burbujas, comiéndole el coño un rato y luego ella a mí la polla, cambiando una y otra vez entre risas y salpicando agua por todos los lados. Follamos sentados en el fondo, en los bordes. Desmonté el cabezal de la ducha y la estuve follando por el coño, estando yo arrodillado y ella sentada, pero terminó levantando el culo porque utilicé la manguera para soltar agua a presión sobre su clítoris.
    
    Fue mucho rato de muy excitante diversión. Las risas se mezclaban con los gemidos de placer. A cuatro patas y con el culo bajo el agua, se la metí por el coño y el culo, bombeando un rato en cada agujero.
    
    La excitación fue subiendo por parte de ambos, hasta que ella no pudo aguantar más, y mientras la follaba por el coño y le metía un dedo en el culo, lanzo un grito y se corrió, desconcentrándome y corriéndome yo con ella.
    
    -AAAAHHH. Me ...
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