Aldana, su papá y yo
Fecha: 10/09/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... salieron llenos de saliva caliente, listos para que Aldana me mostrara como se los metía en su propia conchita, los mojara y se los diera a su papá, que se detuvo un segundo para probar ambos sabores mezclados. Que buenas hembras crié!! decía mientras saboreaba los dedos de su nenita y sonreía dichoso. Te gusta, sí? Seguí entonces!! le ordené desde la cabecera de la cama, completamente abierta a él. Francisco cambió de táctica poniendo su ingle frente a mi cara y mostrándome su pene erecto, me pidió, me ordenó que se lo chupara como lo había hecho la primera vez, mientras Aldana se encargaba de mi conchita hirviendo. La sensación de ese pene enorme dentro de mi boca combinada con la lengua de Aldana dentro de mí estaba provocando un volcán en mis entrañas, estaba comenzando a derretirme de gozo, pero aun no era el momento del estallido, faltaba mucho más. El pene de Francisco entraba y salía de mi boca una y otra vez, provocando en él suspiros y gemidos casi guturales. Esa es mi preciosa!!! Asiiii, chúpamelo entero, de arriba a abajo, adentro y afuera. Y mi boca lo engullía y al estar ocupada no podía exhalar ni medio suspiro provocado por las delicias a las que me sometía mi amiga con su lengua y sus dedos. Verdad que te gusta mi pedacito, preciosa? Decime cuanto te gusta, háblale a papi. Me calienta chupártela, me calienta mucho!!!. Así, cogiéndome por la boca, Francisco tuvo su primera descarga de leche en mí y el sabor de su semen caliente en mi paladar me enloqueció, ...
... sentí que perdía el control de todo y que no importaba lo que me pidieran de acá en más, nada sería suficiente para apagar tanto fuego interno. Ahora cógeme como Dios manda, métemela entera adentro, adelante. Era mi pedido, mi orden. Sin que tuviera que repetirlo y duro otra vez, Francisco me metió su enorme pene hasta el fondo de mi cueva, mientras que Aldana se colocaba a horcajadas mías para que mi boca pudiera satisfacerla a ella también. Los embates del pene de Francisco hacía que mi boca se enterrara dentro de la concha de la hija, que deliraba de placer cada vez que sentía que mi lengua la cogía hasta el fondo. Ya no estas tan estrecha, preciosa!! Me decía Francisco Ahora te entra todo mi pedacito completo!!! movete, encerrame en tu cuevita! Y así pude sentir como Francisco gozaba cuando los músculos de mi vagina lo retenían dentro de mí, para poder sentir como crecía en mi interior y raspaba más a la salida. Adentro y afuera, adentro y afuera, los movimientos de las caderas de él empujando dentro de mí se acoplaban a la perfección con las entradas de mi lengua en la vagina de su nena del alma. Un dedo, méteme un dedo. Suspiraba Aldana, que se balanceaba sobre mi boca, estrujándose los pechos. Como negarme a semejante pedido? Mi dedo índice entró fácilmente en ese hermoso agujero rosado que tenía mi amiga entre sus piernas, salió empapado, entró más aun, volvió a salir, describió círculos alrededor de su clítoris, lo sacudió de lado a lado y terminó dentro del culito ...